martes, 5 de febrero de 2019

La colonización de América asesinó a 56 millones de indígenas...

La colonización de América asesinó a 56 millones de indígenas y cambió el clima mundial


Un singular estudio climático calcula el impacto de la muerte masiva de indígenas y el abandono forzado de tierras de cultivo
Diversos estudios científicos han analizado desde el punto económico y demográfico el impacto de la colonización española del continente americano. La mayor parte de estas investigaciones destacan la importancia y alcance de este proceso histórico, aunque algunos casos puntuales se ha banalizado con aspectos como el número de muertos de población indígena norteamericana a manos de los colonos.

Ahora un nuevo y singular estudio analiza por primera vez el impacto climático provocado por el abandono de grandes extensiones de tierra a partir de la llegada de los colonos europeos, resultado de la muerte de aproximadamente 56 millones de indígenas en los cien años posteriores al denominado descubrimiento de América.

Los resultados de esta investigación liderada por expertos de la Universidad de Leeds y la University College London (Reino Unido) han sido publicado en la revista Quaternary Science Reviews (ed. on line 25 de enero).

Posible preludio de la Pequeña Edad de Hielo

Durante los últimos años se ha estudiado a fondo el impacto climático de la Revolución Industrial, en especial, por la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero y su repercusión en el cambio climático.
Dos siglos antes del inicio de la época del carbón y el petróleo, la colonización europea de América también dejó un rastro perceptible en el clima global del planeta.
Los autores del nuevo estudio parten de la base de que, según el análisis de elementos como el hielo de los glaciares, entre los años 1500 y 1600 la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre se redujo entre 7 y 10 partes por millón (ppm); una cantidad que teóricamente podría representar un descenso global de la temperatura de 0,15 grados centígrados.

Posiblemente, esta alteración en los gases atmosféricos tendría relación con la denominada Pequeña Edad de Hielo, un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX.
A partir de los datos sobre concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, los autores del nuevo estudio han analizado la realidad del continente americano después de la llegada de Cristobal Colón y han establecido la relación entre la colonización y las condiciones climáticas.
Las 119 estimaciones de población analizadas por el grupo que encabeza Alexander Kock indican que antes de 1492 vivían en el Nuevo Continente aproximadamente 60,5 millones de personas, con una utilización agrícola y forestal de 1,04 hectáreas por persona.

Las epidemias y las acciones violentas desencadenadas después de la llegada de los europeos provocaron la muerte, en sólo 100 años, de aproximadamente el 90% de la población nativa, es decir, unos 55,8 millones de personas.
Los cálculos utilizados en este nuevo estudio indican que el dramático descenso de la población en América después del inicio de la colonización europea provocó el abandono masivo de tierras de cultivo.

Buena parte de las tierras de cultivo abandonadas fueron ocupadas de forma espontánea por vegetación silvestre. El crecimiento de grandes cantidades de árboles (en estas zonas de cultivos abandonados) supuso la absorción de parte del carbono de la atmósfera. En concreto, los autores indican que este proceso de abandono de cultivos y crecimiento de árboles supuso una disminución de 3,5 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera. La retroalimentación de este proceso en el conjunto del planeta habría llevado a una disminución de 5 ppm de dióxido de carbono.

Es decir, buena parte del descenso de la concentración de gases de efecto invernadero registrado entre los años 1500 y 1600 podría explicarse por la acción indirecta de la colonización europea de América, concluyen los autores.
Artículo científico de referencia: Earth system impacts of the European arrival and Great Dying in the Americas after 1492. Alexander Koch, Chris Brierley, Mark M.Maslin, Simon L.Lewis. Quaternary Science Reviews. Volume 207, 1 March 2019, Pages 13-36.


El imperialismo estadounidense en América Latina

James Petras  Peculiaridades del imperialismo estadounidense en América Latina.

 

Entender el imperialismo como un fenómeno general pierde de vista su 'modus operandi' en cualquier contexto específico y significativo

Si bien el ejercicio del poder imperialista es una estrategia común, sus motivos, instrumentos, objetivos y participación varían, dependiendo de la naturaleza del gobernante imperial y el país objetivo.
Venezuela, el objetivo actual del presidente de EEUU, Donald Trump, es un caso que ilustra las "peculiaridades" de la política imperialista. Procederemos a delinear los antecedentes, las técnicas y el impacto de la toma de poder imperial.

Antecedentes históricos

EEUU tiene una larga historia de intervención en Venezuela, principalmente para obtener el control de su riqueza petrolera. Durante la década de 1950, Washington respaldó una dictadura militar, dirigida por Pérez Jiménez, hasta que fue derrocada por una alianza masiva de partidos socialistas revolucionarios, nacionalistas y socialdemócratas. Washington no pudo y no intervino; en cambio, se alió con los partidos Acción Democrática (AD) de centro-izquierda y COPEI de centro-derecha, que procedieron a declarar la guerra contra la izquierda radical. Con el tiempo, los EEUU recuperaron la hegemonía hasta que la economía entró en crisis en la década de 1990, lo que condujo a levantamientos populares y masacres estatales.

Los EEUU no intervinieron inicialmente ya que consideraban que podían cooptar a Hugo Chávez porque no estaba afiliado a la izquierda. Además, los EEUU estaban militarmente comprometidos con los Balcanes (Yugoslavia) y el Medio Oriente y se preparaban para las guerras contra Irak y otros países nacionalistas que se oponían a Israel y apoyaban a Palestina.
Usando el pretexto de una amenaza terrorista global, Washington exigió la subordinación a su declaración de una "guerra mundial contra el terrorismo".
El presidente Chávez no se sometió. Declaró que "uno no lucha contra el terrorismo con el terrorismo". Los EEUU decidieron que la declaración de independencia de Chávez era una amenaza para la hegemonía estadounidense en América Latina y más allá. Washington decidió derrocar al presidente electo Chávez, incluso antes de nacionalizar la industria petrolera de propiedad estadounidense.

En abril de 2002, los EEUU organizaron un golpe militar-corporativo, que fue derrotado en cuarenta y ocho horas por un levantamiento popular respaldado por sectores militares. Un segundo intento de derrocar al presidente Chávez fue puesto en marcha por los ejecutivos del petróleo a través de un cierre patronal. Fue derrotado por los trabajadores petroleros y los exportadores de petróleo de ultramar. La revolución nacional-populista de Chávez procedió a nacionalizar las corporaciones petroleras que apoyaron el "cierre patronal".

Los fallidos golpes de estado llevaron a Washington a adoptar temporalmente una estrategia electoral fuertemente financiada a través de fundaciones y ONG controladas por Washington. Las repetidas derrotas electorales llevaron a Washington a cambiar a boicots electorales y campañas de propaganda diseñadas para deslegitimar el éxito electoral del presidente Chávez.
Los fallidos esfuerzos de Washington por restaurar el poder imperialista se desbordaron. Chávez aumentó su apoyo electoral, expandió el control estatal sobre el petróleo y otros recursos y radicalizó su base popular. Además, Chávez aseguró cada vez más el respaldo de sus políticas antiimperialistas entre el gobierno y los movimientos en toda América Latina y aumentó su influencia y vínculos en todo el Caribe al proporcionar petróleo subsidiado.

Si bien los comentaristas atribuyeron el apoyo y la influencia masiva del presidente Chávez a su carisma, las circunstancias objetivas propias de América Latina fueron decisivas. La derrota de la intervención imperialista por el presidente Chávez puede atribuirse a cinco objetivos y condiciones.

1. La profunda participación de EEUU en múltiples guerras prolongadas al mismo tiempo, incluso en Oriente Medio, el sur de Asia y el norte de África, distrajo a Washington. Además, los compromisos militares de EEUU con Israel socavaron los esfuerzos de EEUU para reenfocarse en Venezuela.

2. La política de sanciones de EEUU tuvo lugar durante el auge de las materias primas entre 2003 y 2011, que proporcionó a Venezuela los recursos económicos para financiar programas sociales nacionales y neutralizar los boicots locales por parte de aliados de los EEUU.

3. Venezuela se benefició de las crisis neoliberales de la década de 1990-2001 que llevaron al surgimiento de gobiernos populares nacionales de centro-izquierda en toda la región. Este fue especialmente el caso de Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y Honduras. Además, los regímenes "centristas" en Perú y Chile se mantuvieron neutrales. Más aun, Venezuela y sus aliados aseguraron que EEUU no controlara las organizaciones regional.

4. El presidente Chávez como ex oficial militar aseguró la lealtad de los militares, socavando los planes de EEUU para organizar golpes de estado.

5. Las crisis financieras mundiales de 2008-2009 obligaron a los EEUU a gastar varios billones de dólares para rescatar a los bancos. Las crisis económicas y la recuperación parcial fortalecieron la mano del Tesoro y debilitaron la influencia relativa del Pentágono.

En otras palabras, si bien las políticas imperiales y los objetivos estratégicos se mantuvieron, la capacidad de los EEUU para perseguir las conquistas se vio limitada por condiciones objetivas.

Circunstancias que favorecen las intervenciones imperiales

Las circunstancias inversas que favorecen al imperialismo se pueden ver en tiempos más recientes. Estos incluyen cuatro condiciones:

1. El fin del auge de las materias primas debilitó las economías de los aliados de centro-izquierda de Venezuela y llevó al surgimiento de regímenes de extrema derecha, peones dirigidos por los EEUU, así como a aumentar las actividades golpistas de los opositores respaldados por los EEUU del recientemente electo Presidente Maduro.

2. La falta de diversificación de las exportaciones, los mercados, los sistemas financieros y distributivos durante el período expansivo condujo a una disminución en el consumo y la producción y permitió que el imperialismo atrajera a los votantes, especialmente consumidores de clase media y media baja, empleados, comerciantes, profesionales y empresarios.

3. El Pentágono transfirió su enfoque militar de Medio Oriente a América Latina, identificando peones militares y políticos entre regímenes clave, a saber, Brasil, Argentina, Ecuador, Perú y Chile.

4. La intervención política de Washington en los procesos electorales de América Latina abrió la puerta a la explotación económica de los recursos y al reclutamiento de aliados militares para aislar y rodear a la Venezuela nacionalista y populista.

Las condiciones externas objetivas favorecieron la búsqueda imperial de dominación de Washington. Las configuraciones de poder oligárquicas domésticas reforzaron la dinámica de la intervención imperial, la dominación política y el control sobre la industria petrolera.

El declive de los ingresos petroleros de Venezuela, la movilización de la base electoral de la élite y su sabotaje sistemático de producción y distribución tuvieron un efecto multiplicador. Los medios de comunicación y la autoproclamada derecha electoral abrazaron el golpe de estado de extrema derecha de EEUU que manipuló la retórica democrática y humanitaria.
Washington incrementó las sanciones económicas para matar de hambre a los partidarios chavistas de bajos ingresos y movilizó a sus peones europeos y latinoamericanos para exigir la rendición de Venezuela mientras planeaba un sangriento golpe militar.

La etapa final del golpe militar planificado y organizado por los EEUU requirió tres condiciones:

1. Una división dentro del ejército proporciona al Pentágono y a los planificadores del golpe de estado una "cabeza de puente" y un pretexto para una invasión "humanitaria" de los EEUU.

2. Un liderazgo político negociador, que persigue diálogos políticos con adversarios que se preparan para la guerra.

3. La congelación de todas las cuentas en el extranjero y el cierre de todos los préstamos y mercados de los que Venezuela sigue dependiendo.

Conclusión

El imperialismo es un aspecto central del capitalismo global estadounidense. Pero no puede lograr sus objetivos y medios cuándo y cómo lo desee. Los cambios globales y de régimen en la correlación de fuerzas pueden frustrar y retrasar el éxito imperial.

Los golpes pueden ser derrotados y convertidos en reformas radicales. Las ambiciones imperialistas pueden ser contrarrestadas por políticas económicas exitosas y una alianza estratégica.

América Latina ha sido propensa a los golpes de Estado y las intervenciones militares. Pero también es capaz de construir alianzas regionales, de clase e internacionales.
A diferencia de otras regiones y objetivos imperiales, América Latina es terreno para las luchas de clase y antiimperialistas. Los ciclos económicos acompañan el ascenso y la caída de las clases y, como consecuencia, el poder imperial avanza y se retira.

La intervención de los EEUU en Venezuela es la guerra más larga de nuestro siglo (dieciocho años), superando la invasión estadounidense de Afganistán e Irak. El conflicto también ilustra cómo los EEUU confían en peones regionales y aliados en el extranjero para brindar cobertura a las tomas de poder imperiales.

Si bien los golpes son frecuentes, sus consecuencias son inestables: los peones son débiles y los regímenes están sujetos a un levantamiento popular.
Los golpes estadounidenses contra los regímenes populares conducen a masacres sangrientas que no logran asegurar una consolidación a gran escala a largo plazo.
Estas son las "peculiaridades" de los golpes de América latina.
Artículo original: https://petras.lahaine.org/peculiarities-of-us-imperialism-in-latin/. Traducido para La Haine por José Luis Ríos Vera.



martes, 29 de enero de 2019

Injerencia Mundial contra Venezuela enero 2019

Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, Angela Merkel y Theresa May no tienen ningún derecho a dar un ultimátum a Venezuela

 

El sábado 26 de enero de 2019, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, Angela Merkel y Theresa May dieron al Gobierno venezolano 8 días para convocar elecciones. Transcurrido este plazo, si el Gobierno venezolano no cumple con este mandato, Macron, Sánchez, Merkel y May anuncian que reconocerán a Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente de Venezuela el 23 de enero de 2019.

 

Al día siguiente del ultimátum, el Presidente francés inició una visita oficial de tres días a Egipto para apoyar una vez más al mariscal Abdel Fattah al-Sissi, que dirige un régimen dictatorial similar o incluso peor que el de Hosni Mubarak, derrocado por el pueblo en febrero de 2011. El mariscal al-Sissi tomó el poder en 2013 mediante un golpe de Estado, desviando y sofocando las aspiraciones de los que se habían levantado en masa para derrocar a Mohamed Morsi, y es mimado por el Presidente francés.

 

Sissi es responsable de una represión masiva y brutal. Decenas de miles de presos políticos permanecen en las cárceles egipcias, los tribunales militares han impuesto la pena de muerte a cientos de opositores, las organizaciones de derechos humanos denuncian la persecución masiva y cientos de ejecuciones extrajudiciales de activistas sindicales y otros activistas, así como de periodistas independientes del régimen. El régimen de Sissi organizó literalmente el terror en Egipto y Macron lo visitó, lo apoyó y le vendió armas. Los gobiernos británico, español y alemán también venden armas y apoyan a Sissi.

 

En cuanto al régimen español, cabe recordar que José María Aznar, jefe del Gobierno español de 1996 a 2004, apoyó el golpe de Estado contra Hugo Chávez en abril de 2002. Siguiendo el ejemplo de Aznar, Pedro Sánchez humilla al pueblo español amenazando al presidente electo Nicolás Maduro con el reconocimiento del autoproclamado presidente Guaidó, apoyado directamente por Washington y los peores gobiernos latinoamericanos.

Ninguno de estos cuatro gobiernos europeos denuncia el asesinato sistemático de líderes sociales y las violaciones del acuerdo de paz en Colombia.

 

La izquierda tiene múltiples razones para expresar fuertes críticas al Gobierno de Nicolás Maduro. Entre ellas deben ser mencionadas: la continuación del pago de la deuda externa en lugar de declarar una moratoria y utilizar los recursos financieros así ahorrados para abordar mejor la crisis humanitaria que enfrenta el pueblo venezolano. El CADTM ya había instado al Gobierno venezolano en 2016 a realizar una auditoría de la deuda con la participación de los ciudadanos ( http://www.cadtm.org/CADTM-AYNA-exhorta-y-ofrece-apoyo ). Se justifican de igual modo otras críticas de izquierda a la política del Gobierno de Maduro: la ausencia de una lucha contra la fuga de capitales organizada con la complicidad de las más altas autoridades administrativas y gubernamentales, la continuación del modelo de exportación extractivista que favorece el agotamiento de los recursos naturales del país, la represión contra los delegados sindicales y otros activistas, el desarrollo de políticas clientelistas y el funcionamiento de una asamblea constituyente que no responde a las expectativas que había suscitado su elección.

Pero como activistas de izquierda, respetamos el derecho de los pueblos a la autodeterminación y no podemos aceptar en ningún caso un ultimátum como el de Macron, Sánchez, Merkel y May e igualmente debemos oponernos con el mayor vigor posible a la política de Washington y del grupo de Lima. Debemos denunciar el golpe del autoproclamado presidente Guaidó. 

 

Eric Toussaint es maître de conférence en la Universidad de Lieja, es el portavoz de CADTM Internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015,, Procès d’un homme exemplaire , Ediciones Al Dante, Marsella, 2013; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad , Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global , El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos , Gakoa, 2002. Es coautor junto con Damien Millet del libro AAA, Audit, Annulation, Autre politique, Le Seuil, París, 2012. Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda , creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015. A pesar de ello, la comisión prosiguió sus trabajos y se constituyó legalmente como una asociación sin afán de lucro.
Fuente: http://www.cadtm.org

lunes, 28 de enero de 2019

Intervención contra Venezuela

Pese a sus fracasos, EU sigue la ofensiva internacional contra Venezuela


Aram Aharonian

Donald Trump, entrampado en su propia crisis política provocada por múltiples investigaciones por corrupción, colusión con intereses extranjeros y obstrucción de justicia que podría poner en duda su legitimidad, intervino en la crisis en Venezuela mediante un plan desarrollado en semanas recientes con gobiernos aliados y la oposición venezolana, coordinado a los más altos niveles en Washington.
Pero mientras la escalada golpista continúa y Trump debió abdicar de lograr 5.700 millones de dólares para construir “su” muro en la frontera sur con México para romper el cierre administrativo, Venezuela y EU establecerán una Oficina de Intereses en cada capital tras la ruptura de las relaciones bilaterales, que podrá atender trámites migratorios y otros temas de interés bilateral en apego al derecho internacional.

Con miras a este objetivo, Venezuela informó que se ha autorizado la permanencia de personal remanente de cada misión, quienes durante el plazo acordado (30 días)  continuarán amparados por las prerrogativas diplomáticas.
Como un golpe de estado han sido calificados dos hechos políticos que ocurrieron en forma casi simultánea -evidentemente estaban previamente acordados por sus factores determinantes- lo que no permite saber cuál pudo ser primero, si la autojuramentación de Guaidó o las garantías de reconocimiento inmediato ofrecidas por Estados Unidos.
“Sea un golpe de nuevo tipo que experimenta EU o un golpe en desarrollo, lo que también es cierto es que se trata de un golpe chucuto (mocho, incompleto) pues no lograron derrocar al gobierno legítimo y constitucional que presidirá Maduro hasta el 2025”, señala l director de Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel.
En caso de no alcanzarse el acuerdo en el plazo perentorio de treinta días, ambas misiones cesarán actividades y ambos Estados procederán a designar el ente que cada cual escogerá para confiarle sus respectivos intereses, debiendo el personal remanente abandonar el territorio de cada país dentro de las siguientes setenta y dos horas posteriores al vencimiento del referido plazo.
Venezuela vive tiempos de incertidumbre pero también de indignación ante lo sucedido. A pesar de los llamados e intentos de diálogo, en el corto plazo luce derrotada esa estrategia. La realidad virtual mostrada por los grandes medios hegemónicos cartelizados (grandes marchas, resistencia activa al gobierno) dista mucho de la realidad-real. La confrontación parece haber saltado a una delicada fase de violencia (contenida aún), tanto por razones internas como por la injerencia externa.


En tan graves momentos, nadie puede ser indiferente, ni practicar la indignación pasiva desde una superioridad crítica, ni evadir o negar su responsabilidad política, al igual que las consecuencias de sus actos, señala la socióloga Maryclén Stelling. Es muy grave la estrategia de sectores políticos de oposición que se acogen a que «no hay alternativa», apostando irresponsablemente a salidas violentas promovidas desde el exterior; avalando un golpe de estado, promoviendo una guerra civil, anhelando una invasión.
Pero también es igualmente peligroso cobijarse cómodamente en la cultura de la indiferencia en relación a lo público, y hacer de la banalización de la política una ley de vida o de sobrevivencia, basada en el desprecio al otro y a los supuestos “perdedores”. El enemigo no es necesariamente externo o se resume al adversario político. El enemigo también está en casa y ello ha producido un desgaste en la legitimidad, la credibilidad, la esperanza y en la confianza, añade la prestigiosa socióloga.
Ante la profunda crisis de carácter multidimensional, se ha impuesto la lógica económica y la muy invasiva lógica transmedia que ha colonizado el espacio público. La crisis traspasa preintencionalmente los límites nacionales y alcanza dimensiones geopolíticas, complejizando la situación interna y la solución de la misma, dejando la sensación de que quedó en manos de potencias extranjeras y no de los venezolanos.

El plan Pompeo-Abrams


Para continuar con ese plan contra el gobierno constitucional de Caracas, el secretario de Estado Mike Pompeo nombró como emisario para restaurar la democracia a un veterano del intervencionismo: Elliot Abrams, quien fue una de las figuras centrales del escándalo conocido como Irán-contra durante la presidencia de Ronald Reagan, y acusado de ocultar información al Congreso de esa iniciativa ilegal para trasladar fondos de ventas secretas de armas a los contra en Nicaragua (recibió un indulto presidencia).
Abrams también fue clave en la política intervencionista de apoyo a los regímenes de El Salvador y Guatemala y sus escuadrones de muerte, justificando o negando las graves violaciones de derechos humanos. Años después ocupó altos puestos de relaciones exteriores como asesor de George W. Bush. Durante ese periodo él sabía y envió mensajes de apoyo al intento del golpe contra Hugo Chávez en 2002, reportó ese año The Observer.
El régimen de Donald Trump, entrampado en su propia crisis política provocada por múltiples investigaciones por corrupción, colusión con intereses extranjeros y obstrucción de justicia que podría poner en duda su legitimidad, intervino en la crisis en Venezuela mediante un plan desarrollado en semanas recientes con gobiernos aliados y la oposición venezolana, coordinado a los más altos niveles en Washington.
Para continuar con ese plan, el secretario de Estado Mike Pompeo nombró como emisario para restaurar la democracia a un veterano del intervencionismo: Elliot Abrams, quien fue una de las figuras centrales del escándalo conocido como Irán-contra durante la presidencia de Ronald Reagan, y acusado de ocultar información al Congreso de esa iniciativa ilegal para trasladar fondos de ventas secretas de armas a los contra en Nicaragua (recibió un indulto presidencia).
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, denunció que la política estadounidense con Venezuela, así como con otros países, es tan destructora que no necesita pruebas… Los llamamientos abiertos a un alzamiento están a la vista de todos. Son acciones inadmisibles y socavan los principios de la Carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La agencia estadounidense de noticias AP narra la “epopeya” del cowboy Guaidó, quien viajó a mediados de diciembre “silenciosamente” a Washington, Colombia y Brasil –“se escabulló a través de la frontera sin ley con Colombia”- para informar a los funcionarios sobre la estrategia de la oposición de manifestaciones masivas para que coincidiera con el esperado juramento de Maduro para un segundo mandato el 10 de enero, según el exalcalde de Caracas (fugado y exiliado) Antonio Ledezma.
Las largas sesiones de mensajes de texto cifrados se convirtieron en la norma, dijo Ledesma, una rutina que era usada para comunicarse con el mentor político de Guaidó y Leopoldo López (en arresto domiciliario, acusado de ser autor intelectual de la muerte de varias personas en el terrorismo callejero de 2014).


“Esta es la primera vez en al menos cinco años que la oposición ha demostrado su capacidad para unirse de alguna manera significativa”, dijo un funcionario canadiense de alto rango a la AP, que obviamente no revela su fuente (de existir). La decisión de confrontar directamente a Maduro solo fue posible gracias al fuerte apoyo de la administración Trump, que dirigió a un coro de gobiernos latinoamericanos mayoritariamente conservadores que reconocieron de inmediato a Guaidó.
“Trump personalmente ha provocado mucho de esto”, dijo Frnando Cutz, ex asesor senior de seguridad nacional en América Latina tanto para el presidente Barack Obama como para Trump y ahora con Cohen Group, una firma consultora de Washington. “Literalmente, en cada interacción que ha tenido con los líderes latinoamericanos desde que asumió el cargo, menciona a Venezuela. Eso ha forzado muchas manos”.
El ministro para  la Comunicación, Jorge Rodríguez, mostró este viernes 25 de enero un video como “prueba” de la reunión que sostuviera Juan Guaidó, quien se proclamó presidente encargado de Venezuela el pasado miércoles, con el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello y el coordinador de los Clap, Freddy Bernal, en la entrada del Hotel Lido. Aseguró que la oposición se encuentra realizando “falsos positivos” como parte de una guerra psicológica.
“Toda esta operación que han montado de falsos positivos, de guerra psicológica, de invisibilización no es más que una inmensa mentira (…) No pueden sostener el montaje que hicieron ante el país y el mundo”, apuntó.

Un condenado halcón mentiroso

El jefe de la diplomacia estadounidense y exdirector de la CIA, Mike Pompeo, nombró a Elliott Abrams como emisario para “restaurar la democracia” en Venezuela. Abrams, un diplomático que trabajó con los presidentes republicanos Ronald Reagan y George W. Bush, es recordado por haber sido condenado por el escándalo Irán–Contras en 1985-86, mientras servía a Reagan, pero fue indultado por George H. W. Bush.Imagen relacionada
El nombramiento de Abrams soreprendió a los analistas en Washington: Trump rechazó su candidatura en 2017 para ser subsecretario de Estado, no por sus antcedentes criminales, sino después de enterarse de que Abrams lo había criticado. Es ferozmente pro-israelí y como asesor adjunto de seguridad nacional en el gobierno de George W. Bush fue fundamental en la política de Washington para Medio Oriente, incluido el apoyo a la invasión de Estados Unidos a Irak.
Abrams es uno de los miembros del proyecto neoconservador del Think Tank para el nuevo siglo americano, adalid de la supremacía norteamericana y el planeamiento de la guerra en Irak. Y si le faltaba alguna mancha, es también director de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), financista de las operaciones de desestabilización de la  oposición venezolana, pero también de la nicaragüense, la boliviana y la cubana.
Pompeo dijo que la primera tarea de Elliot será acompañarlo a la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para intentar que el organismo reconozca la autoridad de Guaidó. “No me sorprendería que terminara viajando por la región”, amenazó el secretario de Estado.

Aram Aharonian Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico CLAE.

Brasil y la alianza con EEUU

Los militares brasileños, el expansionismo, las fronteras ideológicas y la alianza con EEUU

Aram Aharonian

Las aspiraciones geopolíticas de Brasil desde su restricción regional, centrada en convertirse en satélite privilegiado de EEUU para hegemonizar Sudamérica, hasta sus devaneos globales contemporáneos, pese a los retos internos como la pobreza extrema, 12 millones de desempleados, el hambre, la desnutrición.
Los militares brasileños, “reacios” al plan del nuevo presidente Jair Bolsonaro de albergar bases militares de Estados Unidos (en Alcántara, la frontera noreste, la Triple Frontera con Argentina y Paraguay o la Amazonia), lograron que, por el momento y a apenas nueve días desde la toma de mando, desistiera de sus planes. La decisión fue anunciada por el ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva, tras la repercusión negativa entre la cúpula militar.
En los primeros diez días en el poder y su relación amorosa con las Fuerzas Armadas también parece haberse deteriorada. No habrá cesión de territorios a EEUU por ahora, pero para satisfacer a la poderosa bancada ruralista del Congreso (representando de terratenientes , trasnacionales y del negocio agroindustrial exportador), el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) ordenó suspender todos los proyectos de atribución de tierras en el país para asentamientos familiares.
El Incra ordenó detener los procesos de adquisición, enajenación u otra forma de obtención de tierras para el programa nacional de reforma agraria (suspensión de un proyecto en curso desde  los años 19709, medida que afecta a mil 700 procesos abiertos en el país para identificar y delimitar territorios de afrodescendientes y pueblos originarios.
Bolsonaro firmó un decreto con el cual el Incra dejó de pertenecer a la Casa Civil de la Presidencia para pasar a ser parte del Ministerio de Agricultura. Alexandre Conceição, de la dirección nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, advirtió que la medida agravará la situación en el campo y traerá mayores conflictos.
Ceder territorios
Al asumir la presidencia, el mandatario ultraderechista afirmó que analizaba la posibilidad de ceder espacio territorial para instalación de bases de EEUU en territorio brasileño, un anuncio que sorprendió al ministerio de Defensa y a la alta oficialidad.
Los mandos consideraron que es innecesaria e inoportuna, que no está afinada a la política nacional de Defensa y podría complicar las delicadas discusiones bilaterales para el uso del Centro de Lanzamiento de Alcántara, de la Fuerza Aérea, en el estado Maranhao, para el posicionamiento de satélites: los brasileños quieren vender servicios en régimen de cooperación y no ceder el control de la base.

                                                                  Base de Alcántara
Bolsonaro, en entrevista con la cadena SBT, admitió una aproximación bélica con Washington, en una agenda que quiere diseñar cara a cara con Donald Trump. Según Matias Spektor, de la Fundación Getulio Vargas, la instalación de una base se traduciría en altos costos financieros y para justificarlos sería necesario un escenario en el cual Washington intentara una intervención militar o defender la región de otra potencia.
En la entrevista, Bolsonaro habló de la supuesta intención “de la dictadura de Maduro, y –dijo- Brasil debe preocupase”. Por su parte, EEUU está preocupado por el aumento de las presencias china y rusa en la región y una base transformaría la dinámica regional. Lo cierto es que ningún otro país latinoamericano va en ese sentido, lo que crearía sospechas en el relacionamiento de Brasilia con sus vecinos, mientras transforma a Brasil en aliado de EEUU, señala Spektor.
Paradojalmente, las bases de EEUU en Brasil llegaron en el ámbito de la participación en los combates al nazifascismo con la Fuerza Expedicionaria Brasileña (FEB), al comienzo de la década de 1940.  El temor cobró fuerza cuando al final de 1941 los japoneses atacaron Pearl Harbor y EEUU –convertido en beligerante- presionó a Brasil a negociar el uso de las bases de Belém, Natal e Recife, a lo que no se opuso el presidente Getúlio Vargas
Después de la Segunda Guerra Mundial del siglo XX, las bases estadounidenses fueron blanco de un duro embate entre la derecha y el Partido Comunista do Brasil, liderado por Luiz Carlos Prestes, que movilizó grandes masas para exigir la devolución de las instalaciones militares y navales, en defensa de la soberanía del país y contra la presencia de los militares norteamericanos.
Bolsonaro es un partidario acérrimo de la política del presidente estadounidense, Donald Trump, al punto de que lo apodan el Trump brasileño, y no escatima esfuerzos para fortalecer sus lazos con Washington. Los dos presidentes han sido acusados de misóginos, racistas, xenófobos y enemigos de la prensa tradicional e independiente, entre otras acusaciones.
Las tesis del expansionismo brasileño y su política exterior, netamente colonialista, no son nuevas. Si bien uno puede remontarse a su “independencia”, éstas tomaron especial vuelo durante la dictadura militar-empresarial de 1964-1985, donde el general Golbery do Couto e Silva –autor en 1966 de Geopolitica do Brasil- se convirtió en el teórico de la dictadura (y luego también de la apertura democrática, con la fragmentación total de la oposición civil en varios partidos).




 
Golbery do Couto e Silva y la teor´pia de los hechos consumados
Pero, incluso en los años de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (2002-2017), pasaron a proliferar entre los militares de derecha (en las escuelas Superior de Guerra y de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas) y también entre los diplomáticos brasileños, teorías sobre el papel hegemónico que estaría reservado a Brasil en Amé­rica del Sur.
De esos estudios surgieron varias teorías netamente expan­sionistas que fueron motor de la dictadura: las de las fronteras ideológicas, la de la Fuerza Interamericana de Paz, la del gendarme mantenedor del orden continental, la del satélite privilegiado, la del destino manifiesto de Brasil al sur del Caribe, la de su vocación rioplatense, la de que las fronteras brasi­leñas deben estar en los Andes, la de las aperturas hacia el Pací­fico, la del puerto libre en el Caribe, la del control del Atlántico Sur, la de la instalación en la Antártida, la de heredar las excolonias lusas de África, etcétera.
Pero también surgieron de allí los frenos a los procesos de integración latinoamericanos y caribeños, con el desmantelamiento del Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), aun cuando fue, con Lula da Silva, uno de los promotores del fracaso del Área de Libre Comercio de América Latina (ALCA), que proponía Estados Unidos.
Hoy, aquellas viejas tesis y teorías parecen haber reflotado con el gobierno de Jair Bolsonaro, quien cree que la Unión Soviética aún existe y por ello hay que combatir al comunismo. Y por eso incluso ha amenazado con intervenir militarmente contra Venezuela.
Las fronteras ideológicas y el satélite privilegiado 
Cuando analizamos las posiciones de Brasil en relación con sus vecinos, que llegan hasta a las amenazas más o menos veladas de intervención militar, es necesario volver a analizar la teoría del satélite privilegiado o del subimperialismo brasileño y la tesis de las fronteras ideológicas, señalaba en 1971 el analista y politólogo brasileño Paulo Schilling.

libro geopolitica del brasil - gral golbery do couto e silva

La idea básica de la integración latinoamericana bajo la tutela norteamericana fue expuesta crudamente por N. J. Spykman, uno de los teóricos geopolíticos más influyentes en Estados Unidos: “Todo lo que no sea forjar una Grossraumwirtschaft -el gran espacio vital- que incorpore todo el continente en base a una economía planificada, con producción controlada y dirección centralizada del comercio internacional, no podrá sobrevivir ( …). Ninguno de los estados latinoamericanos se avendría a realizar de buen grado los cambios imprescindibles para crear esa economía regional ( … ). Solamente la conquista del  hemisferio por EEUU y la implacable destrucción de las economías nacionales ahora existentes podría realizar la integración necesaria”., señalaba.

Partiendo de la estrategia estadounidense, los teóricos geopolíticos de la Escuela Superior de Guerra brasileña procuraron adaptarse a lo que parecía ser una fatalidad ineludible, tratando simultáneamente de asegurar para Brasil una situación privilegiada.
El general Golbery do Couto e Silva, el gran teórico de la geopolítica durante la dictadura y de la Sorbonne,  exponía así el problema: “Las naciones pequeñas se ven de la noche a la mañana reducidas a la condición de estados pigmeos y ya se prevé su melancólico fin, bajo los planes de inevitables integraciones regionales; la ecuación de poder en el mundo se reduce a un pequeño número de factores, y en ella se perciben solamente pocas constelaciones feudales – estados barones- rodeadas de estados satélites y vasallos (…). No hay otra alternativa para nosotros sino aceptarlos (los planes de integración del imperio) y aceptarlos conscientemente…”
“(…) Brasil parece estar en condiciones superiores, por su economía no competitiva con la economía de Estados Unidos, por su larga y comprobada posición de amistad y, sobre todo, por los recursos decisivos de que dispone, para una ‘bargaña ( canje) leal’ (… )”, y proponía concretamente “una alianza que, por otro lado, traduzca el reconocimiento de la real estatura de Brasil en el Atlántico Sur, poniendo término a cualquier política bifrontal y acomodaticia con relación a nuestro país y a la Argentina … “.

En resumen, según los geopolíticos de la “Sorbonne”, Estados Unidas deberían reconocer el destino manifiesto de Brasil en América del Sur, eligiéndolo “satélite privilegiado”: “También Brasil puede invocar un destino manifiesto tanto más cuanto que éste no choca, en el Caribe, con el de nuestros hermanos del Norte”.
Con el golpe militar del 1º de abril de 1964 y la eliminación de las fuerzas nacionalistas populares, las tesis de la Escuela Superior de Guerra pasaron a constituir la estrategia de ltamaratí, la cancillería brasileña,  para América latina. Los militares de derecha brasileños -partiendo del dogma castrense de la necesidad de unidad de comando- se prepararan para la ingrata tarea que les fuera atribuida por el Pentágono y por los monopolios norteamericanos, dentro de su estrategia global de entonces, de lucha contra el comunismo.

Brasil Golpe de 1964


La idea de la creación de un estado militarista subdesarrollado al servicio del plan imperialista de integración latinoamericano y del mantenimiento de la paz imperial, podría ser entonces puesta en práctica, señalaba Schilling.
La piedra angular de la “doctrina de la Sorbonne” (inteligencia vernácula) era la bipolarización mundial entre Washington y Moscú y la inevitabilidad de la tercera guerra mundial. Para “mantenerse fiel a su formación occidental y cristiana”, no le quedaría a Brasil otra alternativa que la incorporación total e incondicional al bloque occidental, o sea, a Estados Unidos.
Otro de los hombres de la “Sorbonne”’, el mariscal presidente Castelo Branco, analizaba la situación así: “En la presente coyuntura de una confrontación del poder bipolar, con radical divorcio política-ideológico entre los dos respectivos centros de poder, la preservación de la independencia presupone la aceptación de un cierto grado de interdependencia, ya sea en el campo militar o en el político. Consideramos nuestro deber optar por una íntima colaboración con el sistema occidental, en cuya preservación repasa la propia supervivencia de nuestras condiciones de vida y dignidad humana”.
El diario O Globo, reflejando los puntos de vista oficiales de la dictadura de Castelo Branco, aconsejaba “deshacerse de interpretaciones anticuadas sobre la soberanía absoluta por incompatibles con el derecho internacional y principalmente con el derecho de gentes (…). Las modernas doctrinas de soberanía condenan el culto idólatra e irracional de la soberanía y afirman el concepto de la soberanía relativa”.
Vasco Leitao da Cunha, el, ministro de Relaciones Exteriores de Castelo Branco, establecía de la siguiente manera la tesis de las fronteras ideológicas de Itamaraty: “Las fronteras físicas entre los países americanas son anticuadas: la hora exige el sacrificio de una parte de la soberanía nacional; la interdependencia deberá sustituir a la independencia”.
En un documento confidencial -AAA 520.1 (22) (del ministerio de Relaciones Exteriores) -, divulgado por Tribuna da Imprensa 11, Itamaratí aceptaba totalmente la tesis estadounidense de integración continental, no sólo en el terreno económico, político y cultural sino también en el militar: ” El principio de interdependencia debe tener sentido práctico, tanto en la propuesta alianza como en la Organización de los Estados Americanos -OEA-, que se podría enca




Castello Branco
rgar de ciertos deberes, obligaciones y derechos hasta ahora de competencia exclusiva de los gobiernos de los respectivos países”.
La Fuerza Interamericana de Paz -FIP-, entonces en estudio, era definida así por el ministro Leitao da Cunha: “La idea precisamente de una fuerza de paz es la que preside la organización de un cuerpo de bomberos. Por lo tanto, es una idea de cooperación, de pacificación. No es una idea bélica. La fuerza de paz nunca puede tener un objetivo bélico. Ella puede, en un momento determinado, si fuera atacada, tener que emplear sus armas para defenderse. Pero eso también lo hace la policía y el propio cuerpo de bomberos: cuando hay pánico en un incendio, tiene a veces que usar sus armas”.
La política de intervención militar del Brasil en países del continente que son considerados sus áreas estratégicas, fue intensa y profundamente debatida por la Escuela Superior de Guerra. Un documento secreto divulgado en la época por el semanario uruguayo Marcha, colocaba la preocupación de los militares brasileños respecto a la “subversión” en los países limítrofes.
Durante el gobierno de Castelo Branco Brasil estuvo a punto de poner en práctica la tesis intervencionista en relación con Uruguay, entonces “convulsionado por intensa agitación sindical”.
Hermano Alves, en el Correio da Manha, describía cómo el general comandante del III Ejército Justino Alves Barros”traducía” en lenguaje popular la complicada filosofía geopolítica de la “Sorbonne”: “El llamado principio de autodeterminación de los pueblos sirvió solamente a los comunistas. Yo mismo era contrario a la política entonces seguida por Itamaratí y que resultó en la pérdida de Cuba para el mundo democrático, en favor de los soviéticos. Aseguro, sin embargo, que no habrá nueva Cuba en América latina a despecho de la ofensiva comunista en Santo Domingo, en Bolivia y en otros países del continente…”.
En lo económico, los planes integracionistas se desarrollaban, aparentemente, también sin mayores obstáculos. El esquema elaborado en Wall Street y aprobado prácticamente por unanimidad (regístrase la única excepción de Ecuador), en Punta del Este, bajo la batuta personal de Lyndon Johnson, era perfecto. Con la institución del Mercado Común Latinoamericano, desaparecerían las fronteras económicas, haciendo más racional la explotación del continente sur por los monopolios estadounidenses.
El enorme complejo industrial yanqui instalado en Sao Paulo, fue planeado con miras al mercado común. Al contrario de la estrategia inglesa para América latina (dividir para explotar mejor), la estadounidense se basaba en el principio de que hay que integrar para explotar mejor, más racionalmente.


El fracaso de los planes integracionistas 




La “filosofía de la entrega”, elaborada y divulgada por la Escuela Superior de Guerra brasileña, partía de dos premisas fundamentales: la polarización de fuerzas entre Washington y Moscú y la inevitabilidad de la tercera guerra mundial. Sucede que el antagonismo Unión Soviética-Estados Unidos no era absoluto ni irreversible. La “coexistencia pacífica” se consolidaba cada vez más.
Crecía, consecuentemente, el número de militares latinoamericanos que convencidos de haber creído un “cuento del tío” al apoyar la sumisión a los Estados Unidos bajo el pretexto de “salvar a América latina de la hidra del comunismo’, cuando observaban la cordialidad y el entendimiento casi total existente entre el Kremlín y la Casa Blanca, y, luego la diplomacia del ping pong entre chinos y yanquis.
Otra de las causas fundamentales del fracaso de la política integracionista latinoamericana puede ser encontrada en los frutos de la dominación inglesa en el continente sur. Los efectos de la “balcanización” son difíciles de anular. La desconfianza y los conflictos entre nuestros países -en general hábilmente incentivados por el imperia1ismo- produjeron brechas profundas, generaron resentimientos y rivalidades muchas veces absurdos. El nacionalismo de nuestros pueblos fue -en muchos caso– dirigido en contra de un pueblo hermano vecino y no en contra del enemigo común: el imperialismo de turno.
Podríamos definir como una “herencia maldita” ese fenómeno geopolítico, una herencia dejada por Inglaterra a sus herederos, los estadounidenses. Como la estrategia de los dos imperios es diametralmente opuesta (dividir para explotar mejor – integrar para explotar mejor) los planes de Washington eran obstaculizados por los “efectos residuales” del imperio que pasó. Eso quedó absolutamente claro en los casos del Mercado Común Latinoamericano y en el de la Fuerza Interamericana de Paz.




Fuerza Interamericana de Paz
Como vimos anteriormente, os planes yanquis de integración se procesarían en distintos campos. En lo político, la Organización de Estados Americanos asumiría una serie de atribuciones y prerrogativas de los actuales estados-miembros, dentro de las tesis de la interdependencia o de la independencia relativa. En el campo militar, la Fuerza Interamericana de Paz se encargaría del mantenimiento de la “paz imperial”, tornando dispensables las intervenciones directas y unilaterales tantas veces consumadas por los EEUU en el pasado.
En lo económico, la solución estaría en el Mercado Común, en la abolición de las fronteras económicas, que permitiría una explotación más racional del continente por los monopolios internacionales.
Spykman admitía que “solamente la conquista del hemisferio por los EE. UU. (…) podría realizar la integración necesaria”, pues “ninguno de los estados latinoamericanos se avendría a realizar de buen grado los cambios imprescindibles para crear esa economía regional… “. Es obvio que habría resistencia por parte de las burguesías nacionales de nuestros países a aceptar una integración que incluyera a los propios EEUU en el Mercado Común, que debía establecerse a partir de 1973. Sería el equivalente a admitir un lobo en un rebaño de ovejas.
La idea fundamental consistía en establecer una base territorial preferencial para los monopolios internacionales. Se repetiría, entonces, en el ámbito continental, la exitosa experiencia de Sao Paulo -la gran base territorial del capital extranjero en Brasil-.
La situación privilegiada que el estado bandeirante ocupa hoy dentro del contexto brasileño (una gran parte de la plusvalía generada en el resto del país afluye a Sao Paulo, asegurando a los paulistas –incluso a los obreros– un nivel de vida muy superior al nacional), es una muestra de lo que

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sería la posición que ocuparía Brasil dentro de una América latina, o por lo menos de una América del Sur integrada según los planes yanqui-brasileños.
La asociación entre la burguesía industrial y los militares (una versión subdesarrollada del “estado militarista” vigente en EEUU), tenía como objetivos fundamentales el mantenimiento del status interno (amenazado durante el gobierno de Goulart por los planes reformistas .y por el acelerado avance de las masas), y la abolición de las fronteras económicas en el continente, lo que aseguraría a los monopolios internacionales establecidos en Brasil y a la burguesía industrial brasileña asociada a los mismos, una considerable ampliación de mercado.
En lugar de incorporar al mercado de consumo la masa campesina brasileña (como pretendían los sectores nacionalistas populares), se intentaría conseguir clientes allende las fronteras.
¿Nuevos tiempos…¿y China?
Hay mandos militares que entienden que la situación es muy diferente y que insisten en que no están dispuestos a entregar territorios (y menos la Amazonia) al hegemón del Norte. Sobre todo cuando la economía brasileña depende de sus exportaciones a China y de sus posibles inversiones en proyectos de infraestructura. Ya EEUUs pidió a Brasil que reduzca su dependencia económica con China, su mayor socio comercial.
Brasil ya sintió los efectos de la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Como contracara del aumento de las exportaciones debido a la interminable demanda de materias primas del gigante asiático, hay que computar una creciente dependencia como socio comercial. China fue el destino en 2018 del  28,8%  de los embarques que partieron de los puertos brasileños, resultado concreto de la guerra de aranceles que redundó en el aumento de la demanda hacia Brasil de granos, carne y minerales.



Casi la mitad de lo que el país produce de estas commodities (47.300 millones de dólares sobre un total de 53.200 millones) tuvieron como destino China, mientas que hacia EEUU viajó el 12% del total. Desde 2001 que las exportaciones de productos primarios no estaban tan concentradas en un único destino, cuando la Unión Europea ostentaba el 50,6% de las ventas, con un monto de 13.200 millones de dólares.
Y esta mayor dependencia llega en momentos en que Bolsonaro, elevó la tensión con eses país al que amenazó con restringir las inversiones chinas en Brasil.
Pero por más que el tango de Enrique Cadícamo (Por la vuelta) insista que la historia vuelve a repetirse, la situación geopolítica mundial es muy diferente hoy a las que se vivía en 1940 y durante la dictadura. Pero las amenazas de Bolsonaro no hay que tirarlas en saco roto. Será difícil aliarse a EEUU cuando de las ventas a China y de sus eventuales financiamientos en infraestructura, depende su presente y seguramente su futuro.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategua.la )

 

La crisis venezolana en el Consejo de Seguridad

La crisis venezolana en el Consejo de Seguridad

La razón contra el insulto

El debate de este sábado 27 de enero de 2019 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas seguramente será incorporado a los anales que registra algunas de las más grandes confrontaciones políticas sostenidas en ese ámbito. Allí quedó plasmada con total claridad la brutalidad e insolencia del imperio cuando el secretario de Estado Michael Pompeo caracterizó al estado bolivariano como “mafioso ilegítimo” para tras cartón agregar “que muchos venezolanos se están muriendo de hambre” debido a “un experimento socialista que provocó un colapso de la economía”. Que Pompeo acuse a cualquier persona, organización o gobierno de este planeta de “mafioso” aparte de ser un gesto típico de matón de arrabal que desprecia no sólo las tradiciones diplomáticas sino las buenas maneras es a la vez un monumental contrasentido para quien durante casi un año y medio fue jefe de la mayor organización criminal y mafiosa del planeta: la CIA. Hombre de discurso trabado y trabajoso, sólo pudo proferir insultos y regurgitar desgastadas consignas de la época de la Guerra Fría en contra de Rusia, China y Cuba. Esas groserías merecieron la aprobación de los representantes de su peonada regional y, muy particularmente, del impresentable canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, un raro fósil del pleistoceno cuyo discurso lleno de mentiras e insultos fue un ultraje al buen decir de colombianas y colombianos y una enésima demostración del enorme daño que el uribismo le ha hecho –y sigue haciendo- a la entrañable Colombia. Prefiero ni hablar de lo que fue la intervención del representante de Canadá, otrora un gran país y hoy sometido al arbitrio de un gobierno que pareciera tener como única misión convertirse en la estrella número 51 en la bandera de los Estados Unidos. Paso asimismo por alto, por cuestiones de profilaxis mental, las intervenciones de algunos de los conspicuos representantes del Cartel de Lima. 

Frente a estos esperpentos brilló con luz enceguecedora la intervención de Jorge Arreaza, que brindó una soberbia lección de lo que debe ser un diplomático. El bolivariano demolió uno tras otro las acusaciones -que no argumentos- de Pompeo y su pandilla. Sin caer en las provocaciones y con una sangre fría admirable, mientras quienes veíamos la transmisión del debate sentíamos que nos hervía la sangre, Arreaza aportó un detallado análisis de la situación en su país, identificó el origen de la presente crisis en la perversa campaña de agresiones y hostigamientos de todo tipo lanzadas por la Casa Blanca que infligieron daños del orden de los 23.000 millones de dólares a la República Bolivariana de Venezuela agravando considerablemente la situación económica del país. Sus palabras están en línea con un reciente informe de Servicio de Investigación del Congreso de la Unión Americana que en noviembre de 2018 decía que “si bien las sanciones económicas más fuertes podrían influir en el comportamiento del gobierno venezolano, también podrían tener efectos negativos y consecuencias no deseadas. A los analistas les preocupa que las sanciones más fuertes puedan exacerbar la difícil situación humanitaria de Venezuela, que se ha caracterizado por la escasez de alimentos y medicamentos, el aumento de la pobreza y la migración masiva. Muchos grupos de la sociedad civil venezolana se oponen a sanciones que podrían empeorar las condiciones humanitarias.” 

No sólo eso. Además Arreaza demostró que a diferencia de la tentativa golpista del 11 de abril del 2002 cuando el gobierno de Estados Unidos (George W. Bush) estaba “detrás del golpe” en el caso actual la Casa Blanca está “delante del golpe, es su verdadera vanguadia”, reiterando por enésima vez una irrefrenable vocación de dominio y expoliación que la Roma americana, al decir de José Martí, comenzó a hacer manifiesta tan tempranamente como en el año 1823, fecha de nacimiento de la Doctrina Monroe. La inequívoca conclusión extraída por Arreaza fue que Washington ratifica a lo largo de casi dos siglos su prepotencia imperial, su absoluto desprecio por los valores que dice defender: la libertad, los derechos humanos, la democracia, meras pantallas que mal disimulan su pretensión de apoderarse de las enormes riquezas de un país, en este caso Venezuela, cuyo petróleo, oro, coltan y otros minerales estratégicos suscitan el desenfrenado apetito de las clases dominantes de Estados Unidos. 

El debate demostró la incoherencia y debilidad argumentativa de los críticos de la Revolución Bolivariana y los ardientes defensores del “autoproclamado” presidente de Venezuela, un hombre que en cualquier momento podría ser “descartado” por la Casa Blanca en caso de que para progresar en su plan de sembrar el caos en Venezuela tuviera que recurrir a un autoatentado para justificar y llevar a los extremos su accionar criminal. Esta es una vieja tradición estadounidense, cuyos hitos más importantes son la voladura del acorazado Maine en la bahía de La Habana en 1898, el ataque a Pearl Harbor en 1941 y, según algunos estudiosos norteamericanos, los atentados del 11 de Septiembre del 2001. No hay ninguna razón para suponer que la Casa Blanca ha abandonado ese vicio y que no esté preparada para incurrir una vez más en él en la actual coyuntura venezolana. 

Para concluir: lo de Arreaza fue excepcional por su contenido y por sus formas, cuestión ésta para nada marginal en las relaciones internacionales. Notable también por su versación y por el prolijo desarrollo de sus razonamientos que contrariamente a los borbotones de sus contendientes fluían con elegancia y naturalidad para defender la legitimidad y constitucionalidad del único presidente de Venezuela que no es otro que Nicolás Maduro. 

Por eso quienes recordamos los grandes debates sostenidos en el seno de las Naciones Unidas por Raúl Roa -el gran ministro de Relaciones Exteriores de Fidel entre 1959 y 1976- y conocido como el “Canciller de la dignidad” por su elocuente e irrefutable defensa de la Revolución Cubana, nos regocijamos al comprobar que la tradición abierta por el cubano ha encontrado en Jorge Arreaza su auténtico heredero. ¡Felicitaciones Canciller Arreaza y larga vida a la Revolución Bolivariana.

Por Atilio Boron ( rebelion.org )

 


Situación en Venezuela: El canciller Jorge Arreaza ofrece nueva rueda de prensa ( 28 de enero 2019 )

jueves, 26 de marzo de 2015

Psicofármacos: los “daños colaterales” de un “superventas” de la industria farmacéutica


medicamentos-adicción 
La adicción que generan, uno de sus efectos más evidentes

ROBERT WHITAKER Y LOS EFECTOS NOCIVOS DE LOS PSICOFÁRMACOS

Publicado por Infocop
[Robert Whitaker es periodista de investigación y escritor especializado en ciencia y medicina]

Este es el tercer artículo del monográfico titulado “Destruyendo los mitos sobre los diagnósticos y los psicofármacos en salud mental”, donde se revisa la obra de Irving Kirsch, Robert Whitaker y Daniel Carlat.

El libro de Whitaker, Anatomy of an Epidemic: Magic Bullets, Psychiatric Drugs, and the Astonishing Rise of Mental Illness in America (Anatomía de una epidemia: panaceas, psicofármacos y el impactante ascenso de la enfermedad mental en EE.UU.) es más extenso y polémico que el libro de Irving Kirsch, tal y como subraya Marcia Angell, periodista del New York Review of Books, en la revisión que hace de su obra (The Epidemic of Mental Illness: Why?).
Whitaker analiza todas las enfermedades mentales, no sólo la depresión y, si bien Kirsch concluye que los antidepresivos probablemente no son más eficaces que el placebo, Whitaker establece que tanto los antidepresivos como la mayoría de los fármacos psicoactivos no son sólo ineficaces, sino perjudiciales.

Whitaker da cuenta de las alteraciones, a nivel cerebral, que puede suponer el consumo continuado de psicofármacos, tal y como han puesto en evidencia diferentes estudios científicos y tal y como ha sido reconocido por parte de algunos responsables de prestigiosas agencias de salud. Además, advierte de los peligros que adquiere la escalada de consumo de psicofármacos en la que se ve inmersa la mayor parte de los pacientes. Una espiral de consumo de la que es extremadamente difícil volver a salir.
Su análisis parte de la observación de que la progresión natural de la enfermedad mental ha manifestado un cambio en las últimas décadas. Mientras que hace unos años la esquizofrenia o los trastornos depresivos se caracterizaban por ser episodios autolimitados o episódicos, con una duración típica no mayor a seis meses y con largos periodos de normalidad entre las crisis, ahora estas condiciones son consideradas habitualmente crónicas y una carga para toda la vida. 
Según manifiesta Whitaker, entre las causas que han motivado este cambio se encuentran los psicofármacos, ya que todos ellos, incluso los que alivian los síntomas a corto plazo, causan daños cerebrales a largo plazo, cuya duración se prolonga más en el tiempo que los daños que se hubieran derivado de la progresión natural de la enfermedad mental, sin intervención farmacológica.

Whitaker trae a colación las declaraciones de Steve Hyman, exdirector del National Institute of Mental Health (NIMH) de EE.UU. y hasta hace poco rector de la Universidad de Harvard, quien reconoció que el consumo de fármacos psicoactivos prolongado en el tiempo produce “alteraciones sustanciales y de larga duración en la función neuronal”.
Tal y como explica Whitaker, el consumo habitual de psicofármacos hace que el cerebro comience a funcionar de manera cualitativa y cuantitativamente distinta respecto a su estado normal. Tras varias semanas de consumo de fármacos psicoactivos, los esfuerzos del cerebro por compensar los cambios que éstos introducen a nivel neuronal comienzan a fallar y es entonces cuando se empiezan a manifestar los efectos secundarios asociados al medicamento, que son una señal de que el fármaco en cuestión está poniendo en marcha sus mecanismos de acción. De esta manera, por ejemplo, el consumo de antidepresivos inhibidores de recaptación de serotonina produce una concentración anormal y elevada del nivel de serotonina en el cerebro, que el organismo es incapaz de corregir si se prolonga su consumo en el tiempo, circunstancia que, a su vez, puede desembocar en episodios de manía. Por su parte, los antipsicóticos causan efectos secundarios que se asemejan a la enfermedad de Parkinson, debido a que disminuyen los niveles de dopamina, cuya carencia también se observa en este tipo de enfermedad.

Para Whitaker el problema no termina aquí, ya que una vez que el paciente comienza a presentar efectos secundarios derivados del consumo de psicofármacos, a menudo acude al médico en busca de un tratamiento para aliviar estos nuevos síntomas, de tal manera que la mayoría de los pacientes acaban consumiendo un cóctel de psicofármacos para un cóctel de diagnósticos.

Así, un episodio de manía desencadenado tras el consumo prolongado de antidepresivos puede dar lugar a un nuevo diagnóstico de trastorno bipolar y a un nuevo programa de tratamiento que incluye fármacos estabilizadores del estado de ánimo, como el Depakote (divalproex sódico, un anticonvulsivo), junto con otro antipsicótico, lo que genera nuevos efectos secundarios. Y así sucesivamente. Según Whitaker, este proceso en espiral hace que algunos pacientes puedan llegar incluso a tomar hasta seis psicofármacos distintos al día.

Whitaker además advierte que este consumo abusivo de psicofármacos da lugar a una atrofia cerebral, tal y como ha quedado manifiesto en los estudios realizados por Nancy Andreasen, una prestigiosa neurocientífica y psiquiatra que ha sido galardonada por su línea de investigación en el análisis del funcionamiento neuronal de personas con trastorno mental a través de técnicas de neuroimagen. Según uno de los hallazgos del equipo de Andreasen, el consumo de psicofármacos está asociado a un “encogimiento” del cerebro y este efecto está directamente relacionado con la dosis y la duración del tratamiento farmacológico. En declaraciones al New York Times, Andreasen señaló que “el consumo de psicofármacos impide que la corteza prefrontal reciba la entrada de lo que necesita y empieza a experimentar apagones. Lo que se traduce en síntomas psicóticos. Esto también hace que la corteza prefrontal se atrofie lentamente“.

Otra de las circunstancias que para Whitaker evidencia las consecuencias nocivas del consumo de psicofármacos se observa en la dificultad que entraña el proceso de retirada de este tipo de medicamentos. Bajar la dosis de un psicofármaco es un proceso sumamente delicado, según Whitaker, porque cuando se retira, los mecanismos de compensación que había desarrollado el cerebro durante su consumo, continúan manteniéndose a pesar de la desaparición del agente que los activó. Así Whitaker explica, por ejemplo, que cuando se realiza el proceso de retirada del antidepresivo Celexa (citalopram hidrobromuro), un inhibidor selectivo de recaptación de serotonina, los niveles de este neurotransmisor caen de forma precipitada ya que las neuronas presinápticas no están liberando las cantidades normales de serotonina y las neuronas postsinápticas no tienen suficientes receptores para ella. Del mismo modo, cuando un antipsicótico se suspende, se pueden disparar los niveles de dopamina. Los síntomas producidos por la retirada de psicofármacos se confunden a menudo con recaídas de la enfermedad original, lo que puede llevar a los psiquiatras a reanudar el tratamiento farmacológico, tal vez incluso con dosis aún más elevadas, advierte Whitaker, quién se siente indignado por lo que él considera un efecto iatrogénico, es decir, involuntario e introducido médicamente.

Whitaker define este proceso de consumo abusivo de psicofármacos como “la epidemia de la disfunción cerebral”, epidemia que se ha expandido principalmente con la nueva generación de antipsicóticos “atípicos”, tales como Zyprexa (olanzapina), causantes de graves efectos secundarios. A este respecto invita a la reflexión a sus lectores mediante el siguiente ejemplo:
“Imagina un virus que aparece de repente en el mundo y que provoca que las personas duerman doce o catorce horas al día. Las personas infectadas se mueven con cierta lentitud y parecen desconectadas emocionalmente. Muchas de ellas ganan bastante peso. A menudo, sus niveles de azúcar en sangre se elevan, al igual que sus niveles de colesterol. Un número de afectados por la enfermedad, entre los que se incluyen, inexplicablemente, niños y adolescentes, se convierten en diabéticos en un breve plazo de tiempo… El gobierno ofrece cientos de millones de dólares a los científicos de las mejores universidades para que descifren el funcionamiento interno de este virus, quienes afirman que la razón por la que causa estas disfunciones globales radica en que bloquea gran cantidad de neurotransmisores cerebrales (dopaminérgico, serotoninérgico, muscarínico, adrenérgicos e histaminérgicos). Todas esas vías neuronales se ven comprometidas. Mientras tanto, los estudios de resonancia magnética que encontramos en un período de varios años, demuestran que el virus contrae la corteza cerebral y que esta contracción provoca deterioro cognitivo. Un atemorizado público clama por una cura.
Ahora, dicha enfermedad, de hecho ha afectado a millones de niños y adultos norteamericanos. Se acaban de describir los efectos del antipsicótico más vendido, Zyprexa, de los laboratorios Eli Lilly”.
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La evidencia proporcionada por Whitaker para argumentar su planteamiento varía en calidad, debido a las dificultades inherentes que conlleva acceder a muestras reales de pacientes donde se puedan comparar los efectos de una progresión natural de un trastorno mental, esto es, sin que se haya administrado ningún tipo de tratamiento farmacológico durante un periodo de 50 años desde la aparición de los primeros síntomas. No obstante, según manifiesta Marcia Angell, las reflexiones que aporta este investigador, si bien no llegan a ser tan concluyentes como las de Irving Kirsch (gracias a su aplicación del método científico) “no dejan de ser sugerentes”.

Los críticos a este punto de vista podrían argumentar, comenta la periodista, que los efectos secundarios que provoca el consumo de psicofármacos “son el precio que debe pagarse para aliviar el sufrimiento causado por una enfermedad mental” (tal y como sugiere Nancy Andreasen implícitamente en su investigación sobre la pérdida de tejido cerebral debido al tratamiento antipsicótico a largo plazo). Pero para Marcia Angell este argumento merece una reflexión: “si estuviéramos seguros de que los beneficios de los psicofármacos superan con creces los daños que provocan, este sería un potente argumento, ya que no hay duda de que muchas personas se encuentran afectadas gravemente por alguna enfermedad mental. Pero como Kirsch, Whitaker y Carlat argumentan de manera convincente, es probable que estas expectativas no se correspondan a la realidad (…) Al menos, tenemos que dejar de creer que los psicofármacos son el mejor y único tratamiento para la enfermedad mental y el sufrimiento psicológico. Tanto la psicoterapia como el ejercicio físico han demostrado ser tan eficaces como los psicofármacos para la depresión y sus efectos son más duraderos; sin embargo, por desgracia, no existe una industria para impulsar estas alternativas”.
 
Nota al pie:
Fuente:
Referencias:
Robert Whitaker (2011). Anatomy of an Epidemic: Magic Bullets, Psychiatric Drugs, and the Astonishing Rise of Mental Illness in America. Crown.

OPINIONES: Medios de comunicación

Koldo Campos Sagaseta
Koldo Campos Sagaseta
Si existiera la justicia, más allá de la burla de la toga y el birrete; si la ética no fuera un mal respingo, por ende inoportuna y nada lucrativa; si los medios fueran independientes y no cautivos de los intereses de sus dueños; si la verdad no estuviera secuestrada tras un código de barras,  Obama, sí, Obama, el flamante Premio Nobel de la Paz, el mejor spot urdido en la fábrica de presidentes de la Casa Blanca, ya habría sido juzgado y condenado.

Y con él, ese siniestro coro de voraces fortunas cuya suerte no se dirime en las urnas porque está por encima de cualquier derecho y al margen de cualquier obligación. No importa qué inventario se hiciera de los cargos en todos sobresaldría Obama y el poder que representa.
gal_9976Hace apenas un mes el presidente estadounidense se jactaba públicamente de la impunidad de sus delitos y, en cuidada entrevista para el portal Vox, cómodamente sentado, hasta llegaba a anunciar la intención del crimen antes de perpetrarlo: “Nuestra política exterior tiene una dosis de realismo por lo que Estados Unidos, en ocasiones, tiene que torcer el brazo a los países cuando no hacen lo que queremos”.

Y en estos días,  Obama, precisando su “política exterior”, ha ido un poco más lejos y ha acusado a Venezuela de “amenazar su seguridad”. Obama ha declarado la “emergencia nacional” por el “extraordinario riesgo” que supone la situación en Venezuela.
Si este mundo fuera ese que ya ni nos atrevemos a soñar, Obama nunca habría sido posible, pero este mundo no es el que soñamos sino el que padecemos. Y por ello, ese estado delincuente que ahora amenaza a Venezuela con torcerle el brazo sigue dictando los destinos del mundo y decidiendo el bien y el mal. Son la salvaguarda contra el cambio climático que ellos, más que nadie, han provocado; la respuesta a la crisis que su modelo de desarrollo multiplica; la solución al problema del hambre que sus políticas generan; la seguridad del mundo ante la amenaza terrorista que nadie como ellos encarna;  la reserva espiritual frente al caos que se avecina y que ellos promueven. 

Ellos y quienes desde las sombras, esas que tanto invoca el presidente estadounidense, gobiernan realmente el mundo, su poder y sus finanzas, no desde las  calles de Caracas, sino desde Wall Street, desde el Pentágono, desde esos putos canallas mentideros que todavía se llaman medios de comunicación.

“El que ignora la verdad es un iluso, pero el que conociéndola la llama mentira, es un delincuente”, lo decía Bertold Brech para que los grandes medios, en absoluto ilusos, no ignoren de qué se les acusa.
Koldo Campos Sagaseta, Columna Cronopiando, para La Pluma, 15 de marzo de 2015
Traducciones disponibles: Français

Juan Carlos (Koldo) Campos Sagaseta de Ilúrdoz es poeta y dramaturgo. Nacido en Iruñea /Pamplona (Euskal Herria/País Vasco) el 14 de abril de 1954, se nacionalizó dominicano en 1981 .Colaborador de La Pluma.
Gracias a la Pluma

LA VERDAD OCULTA: La rendición del gobierno griego de Syriza ante la UE desenmascara a Podemos en España

La rendición del gobierno griego de Syriza ante la UE desenmascara a Podemos en España

De todos los partidos de pseudo-izquierda cuya vacía retórica ha sido perjudicada por la capitulación del gobierno griego de Syriza ante los bancos, ninguno queda más desenmascarado como Podemos en España.

Podemos fue creado el año pasado por el grupo pequeñoburgués Izquierda Anticapitalista (IA) y una cábala de académicos estalinistas de la Universidad Complutense de Madrid, dirigidos por el profesor y comentarista de televisión de 36 años, Pablo Iglesias. El grupo se modeló abiertamente en Syriza y buscó una alianza con éste. Aprovechándose del descrédito de los partidos conservadores y social-demócratas pro-austeridad de España, igual que Syriza en Grecia, Podemos ahora cosecha alrededor del 25 por ciento en intención de voto con la esperanza de formar un gobierno tras las elecciones de noviembre.

El registro de Syriza muestra lo que sería un gobierno de Podemos en España: un sirviente del imperialismo que trabaja con fuerzas abiertamente de derechas para atacar a la clase trabajadora.
Los líderes de Podemos ya aplauden los ataques de Syriza a los trabajadores en Grecia. El 20 de Febrero Syriza firmó un acuerdo con la UE, repudiando sus promesas de acabar con la austeridad y abolir el memorando de austeridad de la UE. Cuatro días después de esta capitulación, Syriza anunció planes de nuevos recortes presupuestarios, privatizaciones, recortes en sanidad, e incrementos en la edad efectiva de jubilación.

Iglesias elogió grotescamente la miserable rendición a la UE como prueba de su espíritu combativo: "lo están haciendo muy bien, por fin hay un gobierno del sur de Europa que negocia, que no obedece, que no se pone de rodillas […] Con suerte, han llegado a un acuerdo, un acuerdo razonable, que les permitirá gobernar en paz", declaró a Noticias Telecinco.
El apoyo de Iglesias a los ataques contra la clase trabajadora en Grecia es la conclusión lógica del apoyo de Podemos a Syriza durante el período anterior a las elecciones griegas del 25 de enero.

El líder de Syriza -y ahora Primer Ministro griego- Alexis Tsipras e Iglesias han trabajado juntos de manera cercana y publica durante meses. Los dos se encontraron en Atenas el pasado Julio para coordinar formalmente las actividades de sus partidos con una perspectiva de formar gobiernos "de izquierdas" en ambos países. Se encontraron de nuevo en Octubre para lanzar una "Alianza para el cambio político". En el evento, Iglesias llamó a Syriza "el aliado natural de Podemos en Grecia" y con efusión declaró que " Podemos puede convertirse en otra Syriza para Europa, en la Syriza española".

En noviembre, cuando celebró su congreso fundacional y se eligió su dirección, Podemos recibió elogios no sólo de Tsipras, quien asistió al evento, sino de la voz del capital financiero europeo, el Financial Times de Londres. En su artículo "La izquierda radical tiene razón sobre la deuda de Europa", el columnista Wolfgang Munchau respaldó la política financiera de Podemos: " El sistema teme que su agenda convierta el país en una versión europea de Venezuela . Pero no hay nada controvertido en la aseveración de que si la deuda es insostenible necesita ser reestructurada".
En enero las principales figuras de Podemos, incluyendo Teresa Rodríguez de IA, eurodiputada por Podemos y candidata del partido para las elecciones del domingo en la región sureña de Andalucía, firmaron un manifiesto en el que llamaban a votar por Syriza. Declaraba que era necesario prevenir "que la democracia sea derrotada por los mercados [...].Estamos convencidos de que el pueblo griego echará a través de las urnas a los ladrones".

La fiesta de amor entre ambos culminó con la asistencia de Iglesias al mítin electoral de Syriza el 22 de enero, donde juntó las manos con Tsipras en frente de los partidarios de Syriza cantando: "Syriza, Podemos, nosotros venceremos". Iglesias declaró que "el viento del cambio sopla en Europa, en Grecia se llama Syriza y en España se llama Podemos. Vuelve la esperanza".

Estas pretenciosas frases fueron hechas trizas en menos de un mes después de la victoria electoral de Syriza. Tras negarse a hacer ningún llamamiento a la amplia oposición de la clase trabajadora europea a la austeridad, los funcionarios de Syriza volaron a todas las principales capitales y bolsas europeas durante unas semanas y rápidamente se rindieron a la UE, a los bancos y la troika compuesta por la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Podemos ha aplaudido no sólo los recortes de Syriza sino también la formación de una coalición del gobierno con el partido de extrema derecha Griegos Independientes (ANEL, siglas en griego), una escisión nacionalista, antisemita del partido de derecha Nueva Democracia (ND). Iglesias declaró: "Tenemos máximo respeto por los acuerdos alcanzados por Syriza" y agregó: "no tengo duda de que se van a fundamentar en lo más importante que son los programas y no las etiquetas".
Efectivamente el programa es más importante que las etiquetas: el programa de derechas de Syriza ha triunfado decisivamente sobre las etiquetas de "izquierda" usadas por los medios burgueses y el resto de partidos pseudoizquierdistas como Podemos en su falsa promoción de un gobierno dirigido por Tsipras.

Podemos es bastante consiente del hecho de que, aunque elogie a Syriza, Tsipras está capitulando a la UE. Si bien está cuidadosamente evadiendo declaraciones sobre el repudio de Syriza a sus promesas electorales, Podemos declaró que tomaría una línea más dura que Syriza contra la UE; incluso antes de que Syriza lograse su acuerdo con la UE en febrero.
Poco después de la elección de Tsipras, Iglesias declaró que España es "la cuarta potencia económica en Europa y no está amenazada por el Bundesbank", el banco central de Alemania. Afirmó que España estaba en mejores condiciones que Grecia porque "nadie va a hacer los deberes por nosotros", jactándose de que Podemos se estaba reuniendo con inversores, embajadores, incluyendo el de EE.UU., y personas con las que "no estaba de acuerdo". Iglesias añadió que felizmente se reuniría con "todo el mundo", incluyendo con la cancillera alemana Angela Merkel.

De manera similar, Iñigo Errejon -un antiguo estudiante de doctorado de la Complutense y actual secretario político de Podemos- declaró a El País: "España no es Grecia. Somos la cuarta potencia económica de la UE, y nuestra capacidad para negociar es mayor. También son diferentes las condiciones institucionales, sociales y económicas”.

Esto es un fraude político. Syriza capituló ante la austeridad no porque Grecia sea más pequeña que España o Alemania, sino debido a su absoluta defensa del sistema capitalista. Es un partido burgués, que descansa sobre las secciones más privilegiadas de la clase media y que es orgánicamente hostil a la revolución social y a la clase trabajadora. Desde el comienzo ha apoyado el marco de la UE y el euro; esto es, la Europa de los banqueros.
Si llegara al poder en Madrid, la actitud de Podemos a los trabajadores no sería distinta. Con una contracción del 7 por ciento de la economía española, desempleo afectando a una cuarta parte de los trabajadores españoles y más de la mitad de los jóvenes en paro, un presidente Iglesias, mirando a la población desde el Palacio de Moncloa a través de diversas líneas de policías anti-disturbios, estaría tan aterrado de los trabajadores como Tsipras o el actual presidente de España, Mariano Rajoy.

Al comparar a Iglesias con Tsipras, la única diferencia que sobresale es que la retórica de Iglesias es, si cabe, incluso más insípida y derechista. Mientras Iglesias visitaba a Wall Street el mes pasado -siguiendo el camino trazado por las visitas de Tsipras a sus contactos de la CIA en el Brookings Institution en Washington, DC- fue entrevistado por el canal de noticias financieras CNBC para elogiar al capitalismo. "Asumimos que la economía de mercado es una realidad", Iglesias declaró a Squawk Box de CNBC, "pero tiene sus límites".

En realidad, lo que se está desenvolviendo, es un colapso íntegro del capitalismo. La catástrofe social en Europa indica la desintegración del equilibrio político que emergió de las masivas luchas de los sesentas y setentas, las cuales derrocaron a la Junta de Coroneles de Grecia en 1974 y la dictadura de Franco en España en 1975. Los partidos burgueses de larga tradición, consolidadas durante esta crisis, como el partido social demócrata Pasok de Grecia y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se están colapsando tras haber sido desacreditados como herramientas de la austeridad de la UE y el retroceso social.

El papel de Syriza y Podemos es canalizar la ira de las masas hacia un callejón sin salida de elegir nuevos gobiernos burgueses. Los llamamientos populistas de Podemos, los cuales critican al PSOE y al derechista Partido Popular (PP) como "la casta", son el reflejo invertido de la explosiva ira social que se está acumulando dentro de la clase trabajadora en contra del orden burgués. Sin embargo, estos llamamientos son totalmente demagógicos, ya que la ambición más anhelada de los estratos acomodados de clase media en el interior de Podemos es el de unirse a "la casta".

Esta perspectiva está históricamente enraizada en el rechazo de la revolución socialista por parte de las fuerzas estalinistas y las fuerzas pseudoizquierdistas en Podemos. Bajo Franco, el Partido Comunista Español (PCE) buscó una "Reconciliación Nacional" entre la clase trabajadora y el sector "progresista" del capitalismo español, cuyo objetivo era establecer un sistema parlamentario burgués. Durante la Transición después de la muerte de Franco, el PCE desmovilizó a la oposición de la clase trabajadora a cambio de concesiones establecidas en los Pactos de la Moncloa de 1978 y el Estatuto de los Trabajadores.

Durante décadas, el PCE y sus satélites inmediatos agrupados en la coalición de Izquierda Unida (IU) sirvieron como herramientas del orden burgués. Iglesias de esta forma se ha basado en IA y grupos pseudo-izquierdistas similares -que declaran falsamente ser "anti-capitalistas" y tienen una presencia menor en el parlamento- para darle a Podemos una falsa apariencia oposicionista. No obstante, la experiencia de Syriza está delatando su verdadera identidad.

Mientras la crisis del capitalismo pone a la orden del día la re-erupción de las guerras y luchas revolucionarias que marcaron al siglo veinte, estas fuerzas de la pseudo-izquierda dan un paso al frente como guardianes del orden. La conclusión que extraen de la disolución de la URSS en 1991 y la restauración del capitalismo en Europa del Este, como Iglesias deja claro, es que el capitalismo es la única opción. Están política e ideológicamente condicionados para servir como herramientas sobornadas por el capital financiero.

A medida que entra cada vez más directamente al servicio del Estado burgués, Podemos adopta el vocabulario clásicamente asociado con las políticas de extrema derecha; el elogio a la Iglesia, la monarquía y el ejército.

Iglesias ha insistido de manera repetida que está dispuesto a realizar cualquier tipo de alianza política, incluyendo con fuerzas explícitamente de derechas, de la misma forma que el acuerdo de Syriza con ANEL. En una declaración sobre si consideraría acuerdos tanto con el PSOE y el PP, él declaró: "No somos sectarios. En asuntos programáticos, no tendremos problemas con nadie".

Podemos también ha creado filiales dentro del ejército y apoyado sus demandas. Iglesias celebró una reunión con la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) con el objetivo de " construir un programa político integral que recoja los derechos irrenunciables de los militares como ciudadanos y que ofrezca una visión moderna de los Ejércitos al conjunto de la ciudadanía [...]. Por esta razón, el Consejo de Coordinación de Podemos mantendrá una estrecha colaboración con los representantes de las asociaciones de las Fuerzas Armadas”.

Iglesias ha declarado que "estaría de acuerdo en muchas cosas" con el Papa Francisco y espera reunirse con él así como con el Rey Felipe VI, a quién Iglesias ha alabado por disfrutar de una "enorme simpatía" del pueblo español.

Tales trivialidades patrióticas han hecho ganar a Podemos la alabanza de la prensa derechista. El diario online de derechas El Confidencial declaró que Podemos estaba logrando lo que el PP y el PSOE no podían: " El gesto de Iglesias ha devuelto la patria a las personas de izquierdas. Ahora la izquierda puede aportar sus soluciones apelando a un sentimiento colectivo real, milagrosamente vivo tras décadas de fondo de armario. Esto me parece tan importante, tan histórico, que sentí la necesidad de compartirlo con ustedes".

En la medida en que Podemos busqué alianzas en el extranjero no es a través de llamamientos a la solidaridad internacional de la clase trabajadora, sino a través de llamamientos a diplomáticos y políticos reaccionarios.

Iglesias visitó al embajador de EE.UU. en Madrid después de su viaje a Wall Street y anunció que ve las relaciones entre España y Estados Unidos como una cuestión "estratégica". También elogió a Obama por su "razón y coherencia" en dar una "oportunidad" al gobierno de Syriza. A continuación explicó que su intención es volver a EE.UU. y el embajador ofreció ayudarlo a preparar encuentros con congresistas estadounidenses.

Al mismo tiempo, Podemos está cultivando lazos con facciones del Frente de Izquierdas francesa dirigida por Jean-Luc Mélenchon, un ex ministro social-demócrata que publicó el año pasado un libro en el que proclamaba la muerte de las políticas de izquierda.

El camino a seguir para la clase trabajadora y la juventud no se encuentra detrás de Syriza o Podemos, sino todo lo contrario, en una implacable lucha política contra ellos. La opresión de clase y la desigualdad cada vez más intensa que ha emergido por toda Europa no sólo convocará sucesivamente a fuerzas como Podemos, que son el reflejo defensivo de un orden social moribundo. La clase trabajadora debe y emergerá como una fuerza política independiente.

La tarea central es la construcción de un partido que otorgue a la lucha de la clase trabajadora una dirección política y una perspectiva socialista por el derrocamiento del capitalismo en vez del renombramiento del personal dirigente de la burguesía como propone Podemos. Tal partido sólo puede ser construido sobre el legado histórico de la lucha de Trotsky contra el estalinismo y toda forma de oportunismo pequeñoburgués. La tarea ahora es la construcción de secciones del CICI en España, Grecia y toda Europa.

Por Alex Lantier y Alejandro López ( WSWS )

 

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