martes, 10 de abril de 2012

CONTAR MUERTOS EN SIRIA: LA MÁS SUCIA ARITMÉTICA DE LA VIDA



IMAGEN DEL BLOGG SIRIA LIBRE

Es suficiente consultar cualquier periódico o página web de noticias: cada día, antes de las palabra cadáveres o fallecidos (eufemismo de asesinados) en Siria, aparecen cifras que se elevan conforme pasan las horas de un conflicto cruento, otro más, ante los que occidente asiste con casi total impasibilidad. Ninguna parece coincidir. Es esa extraña paradoja de una época, un siglo, en el que los recursos y medios para conocer son muchos y notablemente eficaces y, sin embargo, la verdad, aunque sea la relativa, es difícil de desbrozar. Hablamos de cuantificar vidas, transformadas, una vez segadas, en cadáveres que se amontonan, asemejándose a un enjambre de seres que han sido tratados como animales, torturados y vejados. Hablamos de números que no deberían ser inexactos porque son exactas muertes, comprobadas acciones contra los mínimos derechos humanos. Hablamos de cifras de asesinados que son utilizadas políticamente, ocultadas, falseadas, para no alejarse más que lo justo del número de cadáveres que son políticamente correctos para no “alarmar”, más que lo estrictamente necesario, a la población mundial y a las mentes críticas que se detienen a contar y reflexionar, y no solo a fingir que se llevan las manos a la cabeza.

El Observatorio para los Derechos Humanos Sirio, con base en el Reino Unido, (SOHR) es una de las entidades que se encarga, teóricamente, de contabilizar los daños del conflicto y analizar el impacto sobre la población siria, pero la información que está proporcionando está demostrando que no es irracional creer que no es totalmente fiable, tras haber experimentado un cambio de cargos que lo gestionan. Oficialmente hay dos páginas webs que se autoproclaman la página o fuente oficial: una está organizada y se expresa en lengua árabe, con una versión en inglés que está adherida a la red social Facebook, mientras que existe una segunda página, la que se denomina crítica y oficial, inaugurada en diciembre, en la que están incluida información en inglés. Ambas se enzarzan en proporcionar cifras de daños y muertos que, cada vez, son más dispares y, como era de esperar, sustentan visiones totalmente opuestas del conflicto, con las que descaradamente desean programar a la opinión pública. El observatorio británico, ha contabilizado, en su último registro, unos 5.150 muertos civiles, frente a unos 2.100 militares, mientras que el observatorio rival habla de 6.500 civiles y 600 militares. Contar muertos es utilizado, también, como un arma del terrorismo mediático y manipulador.

Además de este juego de sumar y restar muertos, la parte más sucia y más vergonzante de la aritmética de la vida, las visiones sobre el origen y el desarrollo del conflicto son totalmente distintas. La persona al cargo de la página “crítica” es M. Azzawi, quien protagonizó desde el inicio una campaña personal en contra de uno de los fundadores del Observatorio, R.Abdulrahman, cuyo nombre real fue revelado, en una treta mediática, por Azzawi a la vez que éste declaraba públicamente que, según sus informaciones, existían numerosas pruebas de que Abdulrahman estaba vinculado íntimamente con la familia Assad. Además, Azzawi acusó con firmeza a su rival de haber utilizado hackers para conseguir y anular las contraseñas y nombres de usuarios de todos los miembros que volcaban la información.

El Observatorio original afirma que Azzawi solía realizar labores de traducción de documentos hasta que fue despedido porque se autoproclamó portavoz del grupo y, sin contar con ningún miembro más, solicitó la intervención extranjera en Siria.
Según H. Kako, el portavoz oficial, del observatorio, Azzawi lideraba un grupo que intentó contribuir  a una visión del conflicto que exigía y justificaba la existencia de una zona de exclusión aérea y la intervención de países extranjeros, aspectos que el observatorio oficial denosta y ante los que se ha mostrado totalmente en desacuerdo desde el principio.
Azzawi se ha negado reiteradamente a hace cualquier tipo de declaración, escudándose en que su prioridad no es hablar sino inentar luchar para que no haya más fallecidos en Homs.
Periodistas independientes, como es el caso de D. Nemeh, entre otros, ponen el énfasis en lo contradictorias que son las informaciones y las cifras que se dan sobre el conflicto, tanto en el interior como en el exterior de Siria, y recogen las afirmaciones de los activistas que denuncian los intensos bombardeos realizados por las tropas gubernamentales mientras que los militares, por su parte, insisten en que no han utilizado ninguna bomba pesada sobre la ciudad.
La periodista entrevistó a un alto cargo del Consejo de Coordinación Nacional, quien le comunicó que estaban preparando un plan de negociación para pedir al régimen el alto el fuego para, al menos, recoger y enterrar los cadáveres.
La página de Al-KaAkhbar recoge información sobre las afirmaciones de Abdulrahman, quien explica que todo el conflicto tiene como causa originaria el enfrentamiento interno en la oposición Siria. Él y su grupo han sido atacados reiteradamente por los activistas contrarios a Assad, que quieren que la OTAN intervenga e invada el país, en una operación que se asemeja a la que se produjo en Libia y, como culmen, pretenden que el Observatorio no ofrezca información alguna sobre el número de los fallecidos partidarios del gobierno, en caso de que se produzca una intervención en toda regla.

Para mayor confusión, se constata que la página de Abdulrahman es objeto de críticas y entra en aparentes contradicciones. Sus críticos dicen que forma parte de una red de informantes que facilita información no veraz a los países extranjeros. Recordemos que en 2011, se distribuyó un informe que recogía las muertes de recién nacidos en un hospital de Hama, fallecidos tras haber sido desconectadas sus incubadoras, deliberadamente, por las fuerzas del régimen. Este informe, días después de su aparición, fue catalogado como fraudulento y, con el paso de los días, se verificó su semejanza con el caso de un informe similar que que estaba relacionado con una información tendenciosa que emanó de un familiar del embajador de Kuwait en USA y que contribuyó a justificar la acción militar contra el Iraq de Hussein.

Los analistas, en todo caso, no parecen dudarlo: ambas fuentes, los dos supuestos observatorios, son herramientas propagandísticas de la oposición siria.
Con todo y con eso, uno de los altos comisionados para los derechos humanos, explicó con vehemencia que extraer una media mortal, un número medio de muertos, de 5.000 civiles no era descabellado y, aun siendo una cifra inexacta, debería CONTAR para que el resto del mundo se planteé que la solidaridad no es fingir llevarse las manos a la cabeza.
Deberíamos preguntarnos qué hay tras cada muerto en Siria y dejar ya de utilizar los cadáveres para que la ideología y la propaganda no consigan mantenernos sin reaccionar.
 ¿O no?

Buscar este blog

Archivo del blog