La noticia es desoladora: Podemos no concurrirá a las elecciones municipales que se celebrarán el 24 de mayo de 2015. Es la consecuencia de una maquinación y el principio de una gran decepción.
Todo empezó el 15 de mayo de 2011, cuando miles de personas acudieron de manera espontánea a la Puerta del Sol de Madrid y decidieron permanecer allí por un claro motivo: Estaban indignados con la actuación del Gobierno de entonces y con el sistema partitocrático que, decían, no los representaba. La acampada de Sol se mantuvo durante mucho tiempo, mientras se iniciaba un proceso asambleario de intercambio de opiniones. Pronto los partidos de izquierda corrieron a la plaza para convertir lo que era una expectativa de cambio de paradigma político (de representativo a asambleario) en una mera retahíla de peticiones de "mejoras sociales". Todo por la pasta. Nada extraño, pues se trata de partidos traidores al pueblo desde siempre. De ahí salió el DRY, un partido al uso más que desvirtuó el mensaje y convirtó el movimiento 15M en nada.
Pero lo sembrado dio sus frutos. Más adelante, un nuevo fenómeno asambleario surgió de las cenizas del movimiento 15M (aunque hay que decir que ninguno de sus líderes anduvo por Sol durante los acontecimientos de mayo de 2011): se trataba de Podemos que, entre gritos de "no nos representan" y de "el pueblo unido jamás será vencido", irrumpió en el panorama electoral europeo consiguiendo 5 escaños y 1.250.000 votos. Desde entonces, Podemos ha ido creciendo en intención de voto. Ayer mismo, el CIS reconocía que era el primer partido en intención directa de voto, por delante del PSOE y del PP.
Pues bien. ¿Y dónde está el problema? --os preguntaréis. "Si no se sienten preparados para concurrir a las elecciones municipales..." Pero es que esa no es la verdadera razón de su dejación y abandono electoral. Pues si han estado preparados para concurrir a las Europeas y lo van a estar para las Autonómicas y Generales de diciembre de 2015, ¿cómo no van a estar listos para presentarse a las municipales? El asunto es muy otro.
En efecto, la presencia de Podemos en las municipales es potencialmente muy peligrosa para el statu-quo. Podemos es hijo del asamblearismo original del movimiento 15M y sigue el eslogan "¡Poder popular!" Eso implica la creación de asambleas locales para la elección de candidatos. Y el problema es ¿por qué habrían de disolverse esas asambleas locales tras las elecciones? ¿Por qué no iban a seguir vivas, dirigiendo democráticamente las decisiones de los plenos municipales y de sus alcaldes? ¿Con qué fuerza moral podrían las fuerzas electas silenciar a las asambleas o exigir su disolución?
Ese cambio de paradigma, de representativo a asambleario, que podría causar un efecto cualitativo, además de cuantitativo, en las siguientes elecciones Generales, es intolerable para el poder fáctico, real, en España: militares, banqueros, industriales, políticos, terratenientes, autoridades eclesiásticas. De modo que "por orden de la superioridad", Podemos no irá a las Municipales. Más claro, agua. ¡Ya irá a las siguientes!, cuando el asamblearismo pase a la historia como el providencial movimiento popular que produjo el cambio y se disolvió voluntariamente después, cuando comprendió que ya no era necesario.
Lo único que el pueblo puede esperar de Podemos son algunas medidas populistas y muchas, muchas decepciones. Porque Pablo Iglesias es el nuevo Isidoro, tan apoyado por las televisiones y resto de los medios (hablando bien o mal, pero hablando sin parar de él, mientras los casos de corrupción de todos los partidos de "la casta" se airean por fin), tal como lo fue en su día el desconocido Felipe González para auparlo al poder en 1982. También Isidoro generaba inquietud en las derechas. Pero después destruyó las empresas públicas y privatizó todas las rentables, además de ocupar las cajas de ahorros al grito de "lo común es público, y, por lo tanto, es mío y lo expoliaremos cuando nos salga de los cojones".
En fin, en acratas.net ni siquiera lo lamentamos, porque la llegada de Podemos al poder acabará por derruir la esperanza del pueblo español de que le devolvieran el estado del bienestar y, así de paso, le regalaran la verdadera democracia sin esfuerzo, sin más que ver algunos programas en la tele y de echar una papeleta en las urnas de la monarquía partitocrática. La Libertad no se consigue así, sino con mucho esfuerzo y renunciando a muchas cosas. En palabras de la luchadora anarquista Soledad Gustavo, "las revoluciones no son obras del estómago, sino hijas del pensamiento".
ÁCRATAS
NOTA: Ha llegado quizás el momento de que la acracia se moje en los municipios.
Gracias a: Acratas