Una palabra griega: aritmética
Como
si la etimología les hiciese un “dedo de honor” a los helenos, he aquí
que aritmética nos viene del griego arithmetiké, que quiere decir “arte
numérica”. De eso va el tema de la deuda pública griega: de las (malas)
artes numéricas que transforman una deuda de nada en crisis planetaria
para regocijo y lucro del sistema bancario.| LUIS CASADO.*
En una nota —Desangrando a los griegos— señalé que en el año
2007 la deuda griega era de 104.000 millones de euros. En estos días el
enésimo “Plan de rescate y ayuda a Grecia” muestra las cifras que
siguen, ¡atento el personal!: el plan de la troika (FMI, BCE, UE) alcanza los 237.000 millones de euros.
Junto con recordar que “la cuenta será muy pesada para la población
griega”, la prensa precisa que la crisis griega le habrá costado más de €
350.000 millones a las instituciones internacionales, a la UE y a los
bancos. Como si fuese poco, el acuerdo negociado con los acreedores
privados del Estado griego prevé una quita de un 53,3% con relación al
valor inicial de lo que se les adeudaba.
Según estos sabios calculillos, las pérdidas reales para los
acreedores privados serán superiores al 70%. La información no precisa
si se trata de un 70% con relación a lo prestado (principal), o a la
deuda acumulada (principal más intereses). Para concluir, la prensa
indica que el Plan incluye una parte de “ayuda pública” de € 130.000
millones (luego de un primer programa aprobado en el 2010 que había
alcanzado la suma de € 110.000 millones), y una parte de “ayuda
privada”, la quita mencionada más arriba.
De esta manera una deuda inicial de € 104.000 millones le “habrá
costado más de € 350.000 millones a las instituciones internacionales, a
la UE y a los bancos”, y un ojo de la cara al pueblo griego, que
todavía debe rembolsar € 240.000 millones. ¡Más de € 590 mil millones en total!
¿Cómo es posible pasar de una cifra a la otra? Puede que los cálculos
hayan sido hechos por los linces de La Polar [tienda de venta al
detalle que en Chile estafó a decenas de miles de personas, entre otras
cosas repactando unilateralmente los vencimientos de los créditos
contratados]. O bien por el equipo dirigente de CODELCO. No. En realidad
no fue necesario porque rufianes y estafadores también hay en la Unión
Europea.
Las cosas se van aclarando cuando uno se entera que el Banco Central
Europeo le redistribuirá a los bancos centrales nacionales de la zona
euro (alemán, francés, etc.) los beneficios obtenidos por la recompra a
la banca privada de las obligaciones griegas efectuada a partir de mayo
del 2010.
Los alemanes habían comprado por € 38.000 millones de obligaciones
que ahora valen… € 50.000l millones. Un modesto beneficio de un 31,60%
que paga un pueblo griego hambreado. Sin contar los enormes beneficios
que ya hicieron los bancos privados sobre esas mismas obligaciones (la
quita del 53,3% no hace sino sacarle un alita a esos beneficios). ¿Va
quedando claro?
Estas tasas de beneficio deben ser comparadas con la tasa de interés a
la cual el Banco Central Europeo le presta a la banca especuladora: el uno por ciento anual.
Esa banca especuladora le prestó a Grecia a tasas superiores al 12%
anual, y luego le revendió la deuda al BCE quitándose el riesgo de
encima y embolsando pingües beneficios.
El BCE a su vez le redistribuye beneficios a los alemanes, que no se
privan de insultar al pueblo griego tratándoles de holgazanes e
irresponsables. Tan holgazanes e irresponsables como la inmensa mayoría
de los chilenos que se endeuda a tasas usureras y alimenta con su
esfuerzo cotidiano a los rufianes de la “comunidad financiera”, del
“retail”, de la energía, del agua potable, de los transportes, etc.
Lo peor de esta historia no es que los griegos terminen pagando €
590.000 millones por una deuda inicial de sólo € 104.000 millones, sino
que de todos modos, a pesar de las reducciones de salarios y pensiones, a
pesar del aumento de impuestos, tasas y aranceles, a pesar de la
privatización del patrimonio público, a pesar de una tasa de desempleo
que se empina por encima del 25%, a pesar de todo… no podrán pagar, y todo el mundo lo sabe.
“La deuda griega es ahora absolutamente imposible de pagar”, declaró
en septiembre de 2011 el conocido economista Jacques Sapir. Según
los cálculos del economista Philippe Brossard, con tasas de interés del
12% a diez años ¡la probabilidad de un default de Grecia supera el 99%!
Por su parte, Frédéric Lordon precisaba en mayo del 2010: “Hay que
saber que intentar reducir o mantener el déficit en fase de recesión
exige alzas de impuestos y recortes de gastos tan violentos que agravan
inevitablemente la situación que originó el déficit, dejando las
finanzas públicas en peor estado que al inicio, ¡y en prima una tasa de
cesantía a dos cifras!”
Exactamente lo que constatamos ahora, dos años más tarde. A Lordon se
le olvidó decir que, explotados más allá del límite de paciencia, hay
pueblos que se rebelan. Los griegos tienen una tradición milenaria de
lucha por la libertad, la democracia y los derechos republicanos.
¡Cuidado!
——
* Economista. Editor de Politika.