1ª parte
- Los informes sobre la masacre de Hula son una burla macabra contra las víctimas
- Nuevas evidencias y testimonios de que fue perpetrada por el Ejercito Libre Sirio
- El gobierno alemán oculta pruebas “por razones de seguridad nacional”
- Los medios de desinformación amplifican las mentiras
- Comentarios peligrosos en los críticos del informe
- Alfredo Embid
Comentarios de sus informes fraudulentos sobre las masacres
Estos informes se refieren en especial a la masacre de civiles cometida el 25 de mayo de 2012 en Al Houla (Houla o Hula) y Taldo (Tel-Du o Taldu según las transcripciones) en la provincia siria de Homs, donde al menos 109 personas fueron asesinadas, más de un tercio de las cuales eran niños, y 300 personas resultaron heridas, según los datos de la ONU.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó el 18 de septiembre en Ginebra la resolución que contiene una moción de censura a la autoridades sirias por los sucesos de Hula y prorrogó el mandato de la Comisión de Investigación.
La resolución fue presentada por Marruecos, Arabia Saudita, Qatar, Jordania, Libia, Túnez, Kuwait; y Washington dijo que estaba orgulloso de patrocinar la resolución.
Es decir que fue presentada por los principales promotores y financieros de la guerra contra Siria: Arabia Saudita, Qatar, y por el régimen títere de Libia instaurado mediante los bombardeos de la OTAN por Washington, que patrocina la actual resolución con los mismos objetivos.
La resolución se basa en los fraudulentos Informes de la Comisión "independiente” de Investigación sobre Siria-COI, (UN Human Rights Council’s Independent Commission of Inquiry on Syria HRC)[1] que analizaremos a continuación.
La resolución fue aprobada por 41 votos a favor,El jefe de la comisión Paulo Sergio Pinheiro en su declaración en un vídeo de la agencia francesa AFP acusó al gobierno con las frases hechas habituales: "tenemos motivos razonables para creer que las fuerzas gubernamentales y la Shabiha cometieron crímenes de guerra, graves violaciones a los derechos humanos y crímenes internacionales"[4]. Solo luego mencionó de pasada a los grupos antigubernamentales. A pesar de las denuncias en contra del Ejército Libre Sirio (FSA) por cometer crímenes de guerra, la Comisión tuvo el descaro de afirmar que la mayoría de atrocidades han sido perpetradas por las fuerzas gubernamentales[5].
3 en contra: Rusia, China y Cuba
3 abstenciones: India, Filipinas, Uganda.
Es decir en total 47 países
El texto repudia particularmente la matanza en la localidad de Hula y responsabiliza de ella al ejército y a la milicia progubernamental Shabibha[2]. A pesar de que, como comenta Stephen Lendman “El Comité de Derechos Humanos y los países que votaron saben que Assad no tuvo nada que ver con eso. Testigos presenciales culparon a asesinos de escuadrones de la muerte. La comisión de derechos humanos mintió diciendo lo contrario”[3].
Añadió: "Hemos recomendado que nuestro informe sea transmitido al Consejo de Seguridad de la ONU, para que pueda tomar las medidas apropiadas en vista de la gravedad de las violaciones, abusos y crímenes perpetrados por las fuerzas gubernamentales y (la milicia de) los Shabiha, y por grupos antigubernamentales".
Sobre las pruebas señaló "Hemos reunido un extraordinario cuerpo de evidencia que permanecerá bajo la custodia de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos”. Es decir que una vez más las evidencias no están disponibles. Igual que ha sucedido con los informes anteriores que analizamos a continuación.
“La Información recopilada estará disponible para el uso futuro de los mecanismos nacionales e internacionales de justicia". Como, por ejemplo, ya se hizo en el caso de Libia con la colaboración de la desprestigiada Corte Penal Internacional (ver al respecto el Boletín nº374[6]).
En resumen, primero la sentencia y luego el juicio. Debes creerlos sin pruebas ya que son los expertos independientes en derechos humanos de la ONU, pero como verás al final de este trabajo su independencia y en consecuencia su credibilidad es más que cuestionable.
Mientras que los medios han citado ampliamente las declaraciones a favor de la resolución, han omitido o minimizado las contrarias.
El embajador de Siria ante la ONU en Ginebra, Faysal Khabbaz Hamoui, rechazó la resolución diciendo que no refleja la realidad en el terreno y condenó la presentación del proyecto de resolución porque “hizo declaraciones difamatorias en lugar de aplicar los principios fundamentales del diálogo y la cooperación, que son las maneras de promover los derechos humanos"[7]. Recordó que "este proyecto de resolución no refleja la realidad en Siria, por el contrario, se basa en acusaciones e informes ficticios, como en la masacre de Hula, que el Gobierno ha condenado en los términos más enérgicos... La Comisión de Investigación no ha visitado Siria, no ha llegado a conclusiones definitivas acerca de las masacres y no ha tenido en cuenta los resultados del Comité Especial establecido por Siria para investigar los crímenes". Todo ello reconocido por la misma comisión que admite no haber visitado Siria y haber excluido estas investigaciones.
Dijo también que 17 países estaban enviando terroristas yihadistas a Siria, injerencia que ya ha sido reconocida incluso por la prensa occidental, y añadió que el objetivo es fragmentar Oriente Medio en emiratos islamistas. Es decir la vieja táctica de dividir para dominar cuyo maestro no fue el imperio romano sino el imperio británico.
Por su parte, el embajador de Cuba, Rodolfo Reyes Rodríguez, advirtió que hay elementos que no permiten que los países se pongan de acuerdo y sostuvo que el documento de la resolución no es equilibrado: "Hay partes interesadas en que no prospere el camino del diálogo y del entendimiento. Uno de los copatrocinadores no árabes del texto dijo ya claramente que quiere un cambio de régimen e incluso potencia un escenario para favorecer una intervención militar y el uso de la fuerza para imponer al pueblo sirio decisiones adoptadas fuera de lo que ahí ocurre", dijo haciendo una clara referencia a Qatar y a Arabia Saudí. Lo mismo hizo el embajador sirio cuando comentó: “Algunos de los copatrocinadores se olvidaron de que no tienen derecho a dar consejos porque ellos están directamente involucrados en la matanza del pueblo sirio y no pueden llamar a los demás a respetar los derechos humanos que ellos no respetan en su casa”.
La representante rusa dijo que no estaba de acuerdo con las conclusiones sobre la tragedia de Hula, que están “mal fundadas”. No cabe la menor duda de que al episodio en Hula se le da intencionadamente importancia mediática para sentar una base para la injerencia exterior”[8].
Foto: El país.
Esta comisión es sólo una Comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Este sólo incluye a 47 de los países que forman la ONU, que son actualmente 191. Además restando los que no lo aprobaron y los que se abstuvieron, quedan 41.
Estas manipulaciones son una constante, como ya denunciamos en el Boletín nº410[9]. Por otra parte es oportuno recordar que los delegados nacionales de la comisión (igual que los de la ONU) no representan la opinión de sus pueblos Boletín nº447[10].
Los informes sobre la masacre de Hula son una burla macabra contra las víctimas
Foto: Navy Pillay
Pillay dijo en junio que tenía "informaciones que sugieren que la Shabiha entró en las poblaciones y que podría ser responsable de docenas de asesinatos". "Esos actos podrían representar crímenes contra la humanidad y otros crímenes internacionales, y podrían ser indicativos de un patrón de ataques generalizados y sistemáticos contra las poblaciones civiles perpetrados con impunidad". Pero no presentó ninguna evidencia de estas acusaciones[11]. Lo repitieron en dos reuniones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU celebradas el 1 de junio y el 27 de junio Boletín nº439[12].
Navy Pillay y Paulo Pinheiro: “primero la sentencia, luego el juicio”.
Estas declaraciones fueron realizadas según la estrategia que llamo de “la reina de corazones” en alusión al personaje de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll:
“primero la sentencia, luego el juicio”. Es decir primero la acusación antes de examinar las pruebas.
Primer informe sobre Hula
En los puntos 48 y 49 del informe, la comisión afirmaba que los responsables de la masacre podrían “pertenecer a tres organizaciones: la shabiha u otras milicias locales de pueblos cercanos, que actuaron con el consenso de las fuerzas de seguridad gubernamentales; fuerzas antigubernamentales, que trataban de intensificar el conflicto, castigando a los que no respaldaran activamente la oposición; agrupaciones extranjeras, cuya afiliación resulta desconocida. A partir de las evidencias a disposición, la comisión no pudo excluir ninguna de las tres posibilidades”[15].
Sin embargo en el punto 55 del informe, la comisión alegaba que “aunque no es capaz de determinar quienes son los responsables, considera que fuerzas leales al gobierno podrían ser los autores de la mayoría de los asesinatos”[16].
Finalmente, la comisión afirmaba que “sucesos anteriores llevan a responsabilizar a las fuerzas leales al gobierno”, por la mayoría de los muertos.
La comisión reconoció que no estuvo en la zona de los hechos, realizó su investigación contando con entrevistas telefónicas o vía skype a testigos; y otras personalmente a sirios en el extranjero, además de fotos y vídeos. Increíblemente la comisión no menciona a los observadores de la misión del plan de paz de la ONU como sus fuentes[17].
La delegación de Siria, justamente indignada, abandonó la sesión denunciando precisamente su falta de independencia. El representante de Siria en Ginebra, Faysal Khabbaz Hamoui dijo: “No vamos a participar en esta sesión claramente politizada”[19].
La comisión del Consejo de la ONU en su nuevo informe sobre la situación en Siria repite los sobados argumentos que ya esgrimió en los anteriores. Destacó la escalada de violencia en el país y la atribuyó a la intolerancia religiosa.
Esto es una ironía siniestra ya que Siria se ha destacado por todo lo contrario: la cooperación entre las diferentes religiones. Es el único país donde personas de distintas confesiones se reúnen en la Mezquita de los Omeyas de Damasco para orar juntas[20]. Pero la comisión, deliberadamente, sigue la estrategia anglo-estadounidense:
Hay que travestir la injerencia extranjera presentándola como un conflicto sectario para dividir a la gente y estimular la fraudulenta guerra de civilizaciones[21]. Hay que ocultar que Siria era precisamente un ejemplo de tolerancia religiosa y de convivencia entre las diferentes comunidades. Ver al respecto nuestro Boletín nº445[22]. Tolerancia y cooperación que, dicho sea de paso, también se daban en Libia antes de que la OTAN las destruyese.
El informe añadió supuestos casos de abusos sexuales contra la población femenina por parte de las fuerzas leales al régimen. Es la clásica estrategia de añadir un toquecito de sexo para estimular el morbo de la audiencia. Solo que esta vez olvidó acusar a los soldados de estar drogados con viagra como se hizo en Libia[23].
El 15 de agosto la Comisión “Independiente” del Consejo de Derechos Humanos de la ONU presentó su último informe sobre Siria que, como los anteriores, no es más que propaganda de guerra. El informe abarca el período comprendido entre el 15 de febrero y el 20 de julio y afirma que se basa en 1.062 entrevistas[24].
El informe tiene 102 páginas, de las cuales sólo 25 corresponden al informe y el resto son anexos. El anexo I es correspondencia (26-44), el anexo II es sólo una copia de las leyes aplicables (45 – 59), el III trata sobre la situación militar (60- 63), mientras que los anexos IV a XI repiten los elementos del informe literalmente añadiendo algún comentario (64-101).
El informe concluye alegando que existen “bases razonables” para considerar que las fuerzas pro gubernamentales, a partir de la política estatal, cometieron crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos y de las leyes humanitarias internacionales.
El informe culpa a ambas partes, como es habitual. Culpa a los insurgentes de cometer asesinatos, torturas y otros crímenes, pero destaca que “son menos graves que los del Gobierno”.
El informe es un refrito del informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU publicado anteriormente el 27 de junio, y de otros del 16 abril, 24 mayo y del emitido en noviembre de 2011, con los mismos métodos e igualmente tendencioso[25].
Puedes preguntarte:
¿Quién proporcionó a la Comisión Independiente de Derechos Humanos de la ONU los testimonios en los que se basan?
Como en todos los casos anteriores reconoce que la fuente principal de la investigación son las entrevistas con "testigos" llevadas a cabo entre los refugiados (por lo tanto la mayoría desertores y sus familias) en los países vecinos, en Ginebra, o por teléfono o skype dentro de Siria. Destaquemos que el informe no incluye las entrevistas.
Se excusa diciendo que el gobierno sirio no permitió la entrada a sus investigadores. Cuando termines de leer este trabajo, esta decisión te será bastante comprensible.
La Red No War denunció el claro sesgo de las fuentes: “Todas las entrevistas que representan la fuente principal de la investigación señalan que los elementos de la oposición son los referentes principales”[27].
A lo cual es importante añadir que se trata fundamentalmente de miembros ligados a la oposición externa, como reiteradamente ha denunciado la oposición interna que ahora tiene miembros en el gobierno.
En todas las masacres de civiles, incluida la de Hula, el informe del Comisión retiene exclusivamente los testimonios de los opositores al gobierno o de personas obligadas a declarar bajo coacción ya que estaban en zonas controladas por el ejército “libre” sirio cuando dieron sus testimonios. No te extrañes pues de que la responsabilidad se atribuya a las fuerzas progubernamentales.
Foto: Los observadores llevados de la mano por el ejército “libre” sirio.
El informe justifica esto porque no se pudo acceder al país diciendo que el gobierno sirio “obstaculizó de modo significativo la posibilidad de llevar a cabo la tarea”, que “el acceso a las víctimas originadas por la oposición fue limitado”, que “el acceso al ejército y miembros del gobierno fue prácticamente inexistente”; o que “no fue posible entrevistar personalmente a los afectados y los testigos en el país”.
Esto son solo excusas. Como señala Marinella Correggia: “El último informe de la Comisión CoI sobre Siria (por mandato del Consejo de Derechos Humanos), saca conclusiones que no tienen evidencias veraces, contando con testimonios que pertenecen sólo a una fracción de la población siria... Sin embargo la Comisión habría podido entrevistar a testigos y afectados identificados por grupos de investigación sirios como Sovvt o Vox Clamantis. Pero eso no se hizo” [29]. Las organizaciones que menciona son el Sovvt Center, el Observatorio Sirio de las víctimas de la violencia y el terrorismo y Vox clamantis, un centro de la iglesia greco-melquita. Y no sólo eso, habría podido entrevistar a los miembros de la oposición interna que sí habían realizado sus investigaciones sobre el terreno y sobre todo a los observadores de la ONU, pero tampoco lo hizo.
Foto: Los Observadores de la Misión de la ONU en Hula no fueron entrevistados para el informe de la ONU.
Pero sobre todo para demostrar que es sólo una excusa tenemos el hecho de que las pruebas contrarias son públicas, están disponibles aunque los medios de desinformación masiva te las hayan ocultado. Hay informes de periodistas occidentales que sí hicieron reportajes sobre el terreno y que recurrieron a informes de la propia oposición local siria. Sus conclusiones indican lo contrario que las de la comisión, como ya informamos en numerosos trabajos publicados anteriormente. (Ver los boletines : nº439, nº438, nº436, nº435, nº434).
Te recomiendo que los leas íntegramente desde el primero (Boletín 434) pues dan una idea de cómo se fueron aclarando los hechos a medida que avanzábamos en nuestra investigación. Si no tienes tiempo o si quieres un resumen, te recomiendo la presentación que hice en la conferencia del Club de Amigos de la UNESCO el 26 de junio en Madrid que puedes ver en el boletín nº438.
Descartar deliberadamente todas versiones de numerosos testigos y los informes que responsabilizan de la masacre al ejército sirio “libre”, es una buena prueba de la mala fe de la comisión y de su falta de independencia. Stephen Lendman en Global Research concluye acertadamente que “el denominado HRC COI es un organismo imperial establecido para mentir. Sus informes ignoran testimonios creíbles de testigos oculares. La clara evidencia es constantemente excluida”[30].
Hay que recordar la falta de credibilidad de las fuentes de información que utiliza no sólo la comisión, sino todos los medios occidentales. Ambos se refieren a menudo a otros informes encargados o realizados por las ONG supuestamente humanitarias como Amnistía y Human Rights Watch. A su vez esas ONG multinacionales se basan en testimonios recogidos por fraudulentas ONG locales como el Observatorio sirio de los derechos humanos con sede en Londres, en los “activistas” financiados con dinero saudí y otros personajes como Radwan Ziadeh financiado por la NED. La labor nefasta de esta recua de ONGS ha sido fundamental para destrozar Libia y sigue el mismo guión en Siria como hemos denunciado reiteradamente en Boletín nº405[31] Boletín nº412[32] y en la conferencia del Ateneo de Madrid Boletín nº414[33].
Descargar presentación de la conferencia
La estrategia es calcada de la empleada en Libia donde el repugnante secretario General de la Liga Libia para los Derechos Humanos Dr. Sliman Bouchuiguir (que ahora es embajador en Suiza) se denuncia a si mismo en la inteligente entrevista que le hace Julien Theil. Te recomiendo también que lo veas en el vídeo "La guerra humanitaria"
que hemos doblado y tienes disponible en el Boletín nº406[34].
Continuar a leer con el informe aqui:
http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol456.htm