domingo, 23 de marzo de 2014

“La doctrina exterior de Washington se basa en dirigir desde atrás; lo ha hecho en Libia, Mali, Siria y Ucrania”

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Entrevista a la politóloga Nazanín Armanian
Por Enric Llopis

Tomado de Rebelión

Estados Unidos canaliza hacia sus intereses lo que actualmente ocurre en el “avispero” ucraniano mediante “asesores militares” y grupos de extrema derecha, como los presentes en algunos de los ministerios que actualmente gobiernan en Kiev, según la politóloga hispano-Iraní Nazanin Armanian. Estos grupos (“Svoboda”) desempeñan el mismo rol que, en otro contexto, los muyahidines, redes de Al Qaeda o Taliban. Además, ante la impopularidad y el coste económico de embarcarse en nuevas guerras, la doctrina exterior de Obama se basa en el “Leading from behind” (“Dirigir desde atrás”). “Se trata de la primera baza en su política exterior”. Es así, explica Nazanín Armanian, mediante piezas geopolíticas interpuestas (Francia, Arabia Saudí, Qatar, Israel, Turquía, Alemania o Polonia), como Estados Unidos ha actuado en las recientes guerras imperiales: Libia, Mali, Siria y actualmente en Ucrania.

P- ¿Existen intereses contradictorios entre Estados Unidos y la Unión Europea respecto a Ucrania? Si es así, ¿Cuál de los dos bloques se ha impuesto finalmente?


Existen estos intereses contradictorios no sólo entre EEUU y la UE, sino también entre los grupos del stablishment estadounidense (entre Obama y los de Tea Party) y también entre los países europeos. En cuanto a Ucrania, mientras Washington insiste en imponer sanciones económicas a Rusia por el despliegue de tropas rusas en Crimea y su anexión, los europeos clientes del gas ruso o aquellos como España que recibe a 1,5 millones de visitantes cada año, que están ampliando el volumen de sus negocios con los eslavos, no están dispuestos a ir más allá de algún pequeño gesto simbólico. Mire, la británica BP es el segundo mayor accionista de la petrolera rusa Rosneft, o los rusos son uno de los principales compradores de casas de lujo de Gran Bretaña.

Uno de los motivos de que Washington se haya metido en este “berenjenal” es justamente la rebeldía de la UE ante sus últimas hazañas militares. Pretende fortalecer su posición en la sumisa Nueva Europa (Polonia, Rumanía, etc.) aprovechando los sentimientos anti-rusos de estos países ahora que la Vieja, sumida en una profunda crisis multidimensional, no coopera; aun recuerda que Alemania se negó a apoyar el ataque a Irak y a Siria.

Pero Rusia no es Irán, al que se le pueden imponer sanciones y el mundo seguir su rumbo. Las sanciones que EEUU y la UE van a imponer a Rusia no le van a afectar demasiado: el mundo no es EEUU+UE. Rusia está con China en la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) e importantes países de Asia Central (tanto en calidad de socios como de observadores) y también en BRICS (junto a Brasil, India, China y Sudáfrica); además, Rusia y UE están construyendo el megagaseoducto Nord Stream desde el Mar Báltico esquivando Ucrania, y tienen un volumen de negocios de 520 mil millones de dólares en 2012, de hecho, Rusia es el tercer mayor socio comercial de la UE después de los EE.UU. y China. 

Los europeos son el titular del 75% de la inversión extranjera directa en el país exsocialista. Se trata de uno de los pilares de la economía global, y hasta las propias compañías estadounidenses, como PepsiCo., que compró en 2010 la empresa Wimm-Bill-Dann, líder del sector alimenticio ruso, con las sanciones recibirían un impacto negativo.

P- Has escrito que Ucrania es “uno de los países más estratégicos del planeta”. ¿Por qué?

La importancia de Ucrania reside en que es la frontera vulnerable, y de gran profundidad estratégica, de una gran potencia regional y mundial como Rusia; además, hacía de tapón entre los socios de la OTAN y Rusia, y su posible adhesión a la Alianza supone una amenaza directa a la seguridad nacional rusa. Por otro lado, Putin -que desde Asia Central está rompiendo el cerco que la OTAN había creando alrededor de su país- tiene el respaldo de China para jugar bien sus cartas frente a un Obama y un EEUU muy debilitados. Moscú hoy puede admitir que Kiev no regrese a la esfera de la influencia rusa, pero no lo hará si el gobierno de Kiev es anti-ruso. (Ver: Ucrania y la gran ofensiva de EEUU contra Rusia). Una Ucrania pro-occidental es otro paso de EEUU en pretender aislar a Rusia y buscar su desintegración (ver: EEUU y la OTAN planean desmantelar la Federación Rusa). Una idea madurada desde que en 1918 el movimiento llamado “Prometeísmo”, promovido por el mariscal polaco Pilsudski lanzó para “liberar a las nacionalidades no rusas” del yugo de los eslavos. El fracaso de la OTAN en Asia Central (desde el ocupado Afganistán) y el acercamiento de los países de “stán” a Moscú, así como el protagonismo que está teniendo Rusia en la escena mundial (como su papel en las crisis de Irán y Siria), ha puesto en jaque a los “Neocon” americanos, que ven cómo el imperio se desvanece.

P- Señalas múltiples intereses geopolíticos

Ucrania ha sido uno de los accesos de Rusia al Mar Negro. Y ahora que en Kiev gobiernan los pro-OTAN, Moscú ha decidido quedarse con Crimea, desmontando buena parte de los planes del Occidente en “otanizar” el Mar Negro. Asimismo, por las instalaciones e infraestructuras construidas por Rusia en Ucrania pasan los principales gaseoductos que transportan el gas ruso a Europa. Otro objetivo del cambio de gobierno es impedir que Rusia pusiera en marcha la Comunidad Económica Eurasiática, prevista para el 2015, y cuyo núcleo era Ucrania. También, restarle fuerzas a Rusia desde Ucrania para desafiar a Estados Unidos en otras zonas en disputa. Abrir el mercado de Ucrania a los productos occidentales, a sabiendas que las mercancías ucranianas no podrán competir con ellos. Desde Ucrania, Moscú ampliaba su línea costera hasta el Mar Negro, fortalecía lazos con los más de 4 millones de ortodoxos, mantenía su base militar (también la aeroespacial), y accedía a los amplios y abundantes productos agrícolas. Ucrania para Rusia era todo eso y más. Le supone una gran pérdida.

P- ¿Qué rol han desempeñado grupos de ultraderecha-nazis antes y después de la toma del poder por la oposición en Ucrania? ¿Ha habido financiación y apoyo directo de estos grupos por parte de Estados Unidos-Unión Europea?

La publicación de una conversación grabada entre Urmas Paet, el ministro de Exteriores estonio y Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea, en la que barajaban la posibilidad de que los francotiradores que disparaban a los manifestantes en Maydan fueran de la oposición, confirma no solo la sospecha que planteábamos cuando empezaron los disturbios en Kiev, sino que ésta podría ser la punta de iceberg de la injerencia de los occidentales, sus servicios secretos y de los grupos neo nazis en lo que sucede en este país, como también afirma Scott Rickard, ex agente de la Inteligencia de EEUU, que revela cómo UE y EEUU llevan años planeando desestabilizar este país. También apunta en esta dirección, la confesión de la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, de que desde 1991 su país había invertido más de 5.000.000.000 de dólares en Ucrania, y no precisamente para ayudar a los pobres del país.

Mire, el gobierno que el Occidente acaba de reconocer en Kiev, incluye seis ministros de partidos neo-nazis como “Svoboda” (“Libertad”). Estas fuerzas juegan el mismo papel que los fuerzas semi-fascistas que operan bajo los nombres de Muyahidines, Al Qaeda y Taliban, creados por EEUU y sus aliados justamente para desestabilizar las fronteras sureñas de Rusia, desde Afganistán, entre otros objetivos (Ver: Afganistán: ¿Por qué nos mienten?). A éstos energúmenos, la prensa occidental llamaba “luchadores por la libertad”. Sirvieron a la OTAN para arrasar el país, y dando la imagen de que son fuerzas locales los que luchan por la “libertad”, que no una potencia odiosa extranjera. Luego, los demonizaron llamándoles “terroristas” y mostrando sus actos más atroces contra la población, para así presentarse como salvadores justificando la “misión humanitaria”, aunque el objetivo real era ocupar militarmente el corazón de Asia Central. Puede que veamos a los angelicanos Cascos Azules de la ONU en Ucrania, bajo el mando del Pentágono, allanando el camino de los americanos.

P- ¿Se puede reducir lo que ha ocurrido en Ucrania a 20.000 personas en una plaza con apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea y las televisiones occidentales? ¿Se hacía vida “normal” durante esos días en el resto de Kiev?

Es difícil imaginar que unas 20.000 manifestantes pacíficos hayan podido derrocar a un gobierno protegido por una potencia como Rusia, al menos que una Superpotencia haya podido realizar una obra de ingeniera política, económica, religiosa (¡que la iglesia ucraniana pedía independizarse de la rusa!) y militar previamente. Sin duda se han movido en el caldo de cultivo del descontento de amplias capas sociales, afectadas por las políticas del Yanukovich y su ineptitud. Por las noticias que nos llegaron, la gente ha dejado hacer la vida normal. Hay asaltos a viviendas de algunos líderes políticos (como al del Partido Comunista), sindicatos, etc., y la administración está casi paralizada, lo cual significa el retraso en los salarios, pensiones, en la atención sanitaria, etc.

P- Has afirmado en un artículo que en Libia y Siria, Estados Unidos ha actuado de modo similar a como lo ha hecho en Ucrania. ¿Encontramos aquí un patrón general de intervención? ¿En qué se basa y dónde se ha producido anteriormente (además de los casos señalados)?

“Leading from behind” (dirigir desde atrás) es el nombre con el que se ha bautizado la política de Barak Obama en los conflictos que se le presentan, sustituyendo el protagonismo que tomaba en los agresiones militares. Lo ha hecho en Libia, Mali (donde ha sido Francia quien ha hecho el trabajo más sucio), en Siria (encargó a Turquia, Israel, Qatar y Arabia Saudí), y ahora en Ucrania son los aliados Polonia y Alemania quienes llevan adelante su estrategia. Esta era una parte de la táctica de EEUU en influir sobre la situación interna de un país determinado: operaciones de bandera falsa, golpes de estado, atentados, ciberataques, etc. Lo que sucede ahora, es que se convierte en la primera baza de Washington en su política exterior. La opinión publica de EEUU, incluso su Congreso y Senado, están en contra de nuevas guerras. Si no estuvieron por la labor de atacar a Irán o Siria, pensar en un enfrentamiento bélico con Rusia son palabras mayores. Sin embargo, como hemos visto en políticos como John MacCain o Victoria Nuland, representantes de la oposición y el gobierno de EEUU, exhibiendo el apoyo de su país a los “rebeldes” en la plaza Maydan, podemos deducir que muy “pasivos” no son. Bajo el ropaje de “asesores militares” (por los acuerdos que la OTAN tiene firmados con el entonces gobierno “naranja” de Kiev), y los grupos de ultra derecha, el Pentágono intenta canalizar los acontecimientos del país, sobre todo ahora que Crimea se ha separado de Ucrania.

P- ¿Es una simplificación decir que la Unión Europea ha actuado bajo el dictado alemán y su afán de expansión hacia el Este? ¿Qué intereses reales se esconden tras la intervención de la UE en Ucrania?

La UE sigue las directrices de Washington. Alemania, la gran potencia europea, está acosada por 287 bases militares americanas en su suelo (Noruega tiene tres y España cinco); ha tenido que enviar a su canciller Merkel a ver a Obama una veintena de veces, para coordinar sus políticas en Europa y en el resto del mundo, y ni el escándalo de las escuchas a Merkel han herido el orgullo alemán. La conversación filtrada de Nuland, en su famosa llamada telefónica, en la que menosprecia a Alemania e insulta a Europa por no haber derrocado el gobierno de Yanukovich, muestra quién dirige el cotarro en Ucrania. Aun así, Berlín espera que en la nueva situación de este país, consiga ampliar no solo sus mercados, sino su influencia hasta el Mar Negro y su acceso a Oriente Medio por tierra a través de los Balcanes, llenar el vacío que está dejando Estados Unidos en distintas zonas del mundo, a pesar de que hoy gobierna a una Europa debilitada y fragmentada.

P- ¿Qué peso real representaban las inversiones estadounidenses en Ucrania durante los últimos años? ¿Han influido de algún modo en el “golpe” (por cierto, ¿compartes esta calificación?)

Ha habido un golpe de Estado en toda regla. Forzar la destitución y la huida del presidente, la toma del parlamento y los medios de comunicación son elementos de un golpe “clásico”. Solo el gobierno de EEUU ha invertido unos 5.000 millones de dólares en diferentes sectores de la economía y en la sociedad ucraniana para aumentar su influencia en el país, mientras la Cámara de Comercio Americana-Ucraniana pretendía aumentar sus inversiones en el sector energético, medicamentos, y agrícola; el principal interés de Washington está en debilitar a Rusia.

P- ¿Resulta esencial Crimea para Rusia? Si es así, ¿por qué? ¿Qué papel desempeña China en la zona?

Es tan esencial que se ha atrevido a desgajarla de Ucrania, algo que EEUU no se atrevió con el Kurdistán de Irak. Crimea para Rusia significa: Poder ampliar su dominio sobre el Mar Negro y también sobre los exportadores y corredores de hidrocarburos de la zona, poniendo en un gran aprieto al Occidente, que además pretendía reducir su dependencia energética de Rusia. Fortalecer su base naval de Sebastopol, rompiendo el acuerdo firmado con Ucrania en 1997 que le impide modernizar y ampliar las instalaciones militares que son de la era soviética. Los buques rusos desde esta base participaron en la guerra de Georgia y también en la de Siria. Pero la separación de Crimea de Ucrania también le perjudica en cuanto a que permite a Ucrania adherirse a la OTAN. O que, por las sanciones del Occidente y la enemistad con Ucrania, Crimea perderá buena parte de sus seis millones de turistas y se pueda convertir en una carga para Moscú, ahora que ha invertido millones de dólares en la bella ciudad de Soshi.

P- ¿Consideras que el conflicto se saldará con un reparto de áreas geopolíticas, Ucrania para Estados Unidos-Unión Europea y Crimea para Rusia?

Este conflicto aun puede ir a más y romper Ucrania en dos, en perjuicio del Occidente: la parte occidental que es menos desarrollada, se integraría en la UE, mientras el sector industrial y las costas del Mar Negro se mantendrían bajo la influencia rusa. La “Doctrina Medvedev” establece que el gobierno ruso tiene el deber de proteger a sus ciudadanos en cualquier zona del mundo, y el hecho de que haya repartido previamente pasaportes rusos entre los compatriotas ucranianos, les permite una entrada militar en el escenario, de consecuencias imprevisibles para la paz mundial.

P- Por último, ¿ves la posibilidad de que se vuelva, a escala global, a un escenario similar al de la guerra fría? ¿Puede configurarse un bloque Rusia-China que haga frente a Estados Unidos?

El “concepto estratégico” de la OTAN, trazado en la cumbre de la OTAN en 2012, que apuntaba contener a China como objetivo –vía domesticar a Irán y Rusia-, preparaba el escenario para una Guerra Fría entre las potencias mundiales por los recursos y las zonas de influencia. Sin embargo, dos años después el eje Rusia-China se siente con tanta fuerza que desafían a EEUU y a la UE. Hoy, Pekín ha declarado “ilegales” las sanciones impuestas a Rusia y ha amenazado con exigir a EEUU el pago de sus deudas si no las levanta. Existen dos grandes bloques donde Rusia y China coordinan sus políticas: La Organización de Cooperación de Shangai y los BRICS.

De hecho, uno de los motivos de provocar crisis en Ucrania era justamente acabar con la posibilidad de que se integrara en la OCS. En diciembre pasado, Pekín firmó un acuerdo con Kiev, su socio estratégico, para invertir 8.000 millones de dólares en el país y entregarle un préstamo de 10.000 millones a cambio del alquiler de tres millones de hectáreas de las fértiles tierras ucranianas para los próximos 50 años, mientras estudiaba la solicitud de Yuschenko de ingresar en la OCS. Por si estos acuerdos no fueran suficientes para preocupar a la UE y EEUU, los BRICS estrechaban lazos con esta tierra de grandes reservas de gas y campos de cereales. El reciente encuentro de Obama con el tibetano Dalai Lama y el atentado terrorista que ha dejado unas 150 víctimas entre muertos y heridos en China, posiblemente por un grupo separatista musulmán Uigur, son señales del uso de las cuestiones étnico-religiosas para presionar a Pekín.

El acercamiento de Irán a EEUU, que va paralelo a su alejamiento de Rusia y China, es un triunfo para Obama que ya tranquilo podrá avanzar por el Mar de China (con millones de barriles de petróleo y billones de pies cúbicos de gas), cercando al gigante, para luego controlar el estratégico Estrecho de Malaca, que une el Mar de China Oriental con el océano Indico y Europa. Por sus aguas circula la mitad del tonelaje mercante mundial. El reparto de las zonas de influencia entre las grandes y pequeñas potencias, sigue y bajo su peso, aplasta a cientos de miles de personas.

Fuente: americadespierta

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