domingo, 23 de marzo de 2014

“Pensando a contracorriente y con la propia cabeza”: Conversaciones con Luis Martín-Cabrera sobre teoría, política y cultura en la Universidad estadounidense


 
Salvador López Arnal (editor)
ÍNDICE
PRESENTACIÓN: “POR QUÉ NECESITAMOS A MARTÍN-CABRERA URGENTEMENTE.”
CLARA VALVERDE

I. “No hay relato más totalizante, cerrado y autoritario que el del libremercado y su
confusión de la libertad en general con la libertad de comprarlo y venderlo todo.”
II. “La crítica más sería a la modernidad viene de los departamentos de estudios étnicos, chicanos, y afroamericanos. Estos campos de estudio se formaron como resultado de presiones ejercidas en la calle por el movimiento de los derechos civiles.”
III. “Entendida en su sentido amplio la postmodernidad es inaceptable porque hace impensable una experiencia de la justicia y de la igualdad afuera de la mercantilización del mundo que impone el capitalismo en todas partes.”
IV. “En mi opinión, Harold Bloom representa desde hace tiempo lo más reaccionario y patriarcal de los estudios literarios en Estados Unidos. Su obra además es un fraude intelectual de dimensiones masivas.”

EPÍLOGO: “AIRE FRESCO EN LA ACADEMIA”. ORIOL ROMANÍ
Por qué necesitamos a Martín-Cabrera urgentemente
Clara Valverde Gefaell

“¿Es que en España nadie lee a Foucault?”
Cuando vi a Luís Martín-Cabrera haciendo esta pregunta en el video de unas jornadas sobre la memoria histórica en Madrid hace un par de años, supe que quería comenzar un diálogo con este republicano de Salamanca, ahora afincado en la Universidad de California en San Diego, porque entendí que su pregunta se refería a cómo se lee a Foucault. Entonces recordé que Martín Cabrera era, entre otras cosas, el coordinador de la gran biblioteca visual sobre la Guerra Civil, “Spanish Civil War Memory Project”.

Pero mi gran sorpresa fue leer su libro Radical Justice: Spain and the Southern Cone Beyond Market and State (Associated University Presses 2011), libro imprescindible e impactante para entender nuestra sociedad post-dictadura (libro que aún no se ha publicado en español… ¿por qué?), en el que Martín-Cabrera analiza la sociedad injusta en la que vivimos al mismo tiempo que nos explica a grandes teóricos como Marx, Foucault y Lacan.

Desde entonces he tenido el privilegio de colaborar con Martín-Cabrera en su curso “Almodovar and Psychoanalysis” y ser co-autores del capítulo “The silence of the grandchildren of the Civil War: Transgenerational Trauma in Spain” en la antología The Ethics of Remembering and the Consequences of Forgetting: Essays on Trauma, History and Memory (de próxima publicación).
Martín-Cabrera es el mejor ejemplo de un pensador revolucionario, de un teórico en las trincheras, del maestro que te gustaría haber tenido. Leyéndole aprendes sobre literatura, captas cómo leer a Foucault, Marx y Derrida, entiendes la “Queer Theory” y el colonialismo, te das cuenta de por qué hay cosas de Hannah Arendt o de Michael Hardt que no te encajaban bien y te enamoras de nuevos autores e ideas que hace tiempo que te estaban esperando. Martín-Cabrera te abre la puerta a conceptos y conexiones que no sabías que necesitabas urgentemente. Porque Martín-Cabrera no está en esa torre de marfil que aún sigue siendo la universidad: un día está dando una conferencia sobre “Cómo Hacer una Película sobre la Conquista: Globalización y descolonización en el cine de Jorge Sanjinés e Iciar Bollaín”, al siguiente está escuchando y apoyando a un estudiante chicano que está desbordado por sus fronteras, y al otro está en la calle con el puño en alto ayudando a organizar a los trabajadores de la universidad o a los estudiantes del boicot contra Israel.

Para los académicos, Martín-Cabrera es incómodo: brillante y radical, marxista sin peros, que dice lo que piensa con claridad, sin pedir permiso, y que ha leído, digerido y conectado a los teóricos mejor que la mayoría de los otros académicos. Pero para los activistas, Martín-Cabrera es el compañero imprescindible de nuestras mareas, del 15M, de la lucha contra la ley de “Fachardón”. Es el compañero que necesitábamos para explicarnos tantas cosas. Y cuando acabes de leer este libro, no habrá examen, pero serás más sabio o sabia en tu resistencia. Y saldrás a la calle con aún más razones.

Gracias también a Salvador López Arnal por seguir, día tras día, escribiendo, entrevistando y compartiendo sus pensamientos para poner un poco de claridad en estos tiempos.

Nota del editor

Estudiante de doctorado en el departamento de castellano de la Universidad de Yale, militante del sindicato de estudiantes de doctorado GESO, Luis Martín-Cabrera no pudo permanecer en Yale por su actividad sindical y por sus afinidades marxistas. Tuvo que finalizar su tesis en la Universidad de Michigan, donde, por supuesto, siguió siendo militante del sindicato de estudiantes, GEO, y, además, del de profesores contratados, LEO.

Martín-Cabrera es actualmente profesor del departamento de Literatura la Universidad de California, San Diego, uno de los pocos focos de marxismo vivo en el país de Howard Zinn. Como él mismo suele señalar, Martín-Cabrera tiene el inmenso privilegio de que allí, en la Universidad donde ahora trabaja, le hayan precedido pensadores y activistas de la talla intelectual y poliética de Herbert Marcuse, Carlos Blanco Aguinaga o Angela Davis. Mejor atalaya para su visión crítica, insumisa y libre no es concebible.

Son numerosos sus libros y más numerosos aún sus artículos académicos y sus papeles de intervención político-cultural. No hace falta destacar ninguno de ellos. Están al alcance de cualquier lector/a. Muchos de ellos han sido publicados en las páginas de rebelión.
Si tuviese que justificar la razones de estas cuatro conversaciones, mi argumento central sería el siguiente: no me ocurre a nadie que sea capaz de hablar con mayor conocimiento de causa, con mejor arista crítica y pensando siempre con la propia cabeza que el entrevistado.
Editor y entrevistado agradecen en lo mucho que vale, marca permanente de su casa, el texto de presentación de Clara Valverde, quien, por supuesto, cada vez nos recuerda más la bondad, sabiduría y rebeldía de sus progenitores.
Nuestro agradecimiento se extiende, por supuesto, al autor del epílogo, el gran profesor, escritor y antropólogo barcelonés, Oriol Romaní. Un inmenso honor para nosotros.
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