Joseph Halevi · · · · · |
27/04/14 |
Aunque
la crisis ha puesto en cuestión el pensamiento económico dominante en
los últimos 30 años, parece que ha faltado en la izquierda un debate
adecuado que se concentrarse en los factores determinantes de la crisis
y las perspectivas futuras. En ello ha jugado un cierto papel, como ha señalado il Manifiesto,
el eliminar algunas de las claves de ciertas interpretaciones del
presente, terminando por centrarse sólo en ciertos aspectos de la
crisis (el tema del medio ambiente, los bienes comunes). Intentamos
remover las cosas, titulando la iniciativa "El discreto encanto de la
crisis económica", inspirándonos en un artículo de Fernando Vianello y
Andrea Ginzburg, publicado en Rinascita, en 1973. Aunque
el entrevistado tiene una perspectiva teórica diferente a la de los
autores de dicho artículo, la intención es rendir homenaje a la
tradición heterodoxa italiana (quién escribe esto se graduó en Módena,
donde enseñan Vianello y Ginzburg), hoy marginada.Halevi es profesor de economía en la Universidad de Sydney y ha sido durante años un colaborador del Manifiesto.Sus
investigaciones abarcan la economía política, las teorías del
crecimiento y el comercio, Asia y el pensamiento post-keynesiano y
marxista. Su libro más reciente es Modern Political Economics. Making Sense of the Post-2008 World
(con Y. Varoufakis e N. Theocarakis). Entre sus artículos académicos
mas recientes hay que destacar "Could be Raining: The European Crisis
After the Great Recession", co-escrito con Richard Bellofiore.
Pregunta.El
surgimiento de la crisis ha confirmado la opinión de algunos
economistas heterodoxos, según la cual el capitalismo tiende
estructuralmente a entrar en crisis. Sin embargo, las opiniones divergen sobre las causas del desastre actual. Una posición difusa (apoyada por ejemplo por los teóricos de la revista Monthly Review)
es la que atribuye a la crisis el siguiente mecanismo: la
contrarrevolución neoliberal ha conducido a una disminución de la
participación de los salarios;para apoyar la demanda privada fue,
por tanto, necesaria una enorme expansión del crédito y el estallido
de la burbuja en 2007 interrumpió el mecanismo. Otros
pensadores, como el marxista estadounidense Andrew Kliman, creen que las
causas de la crisis no se pueden encontrar en la distribución del
ingreso y que la depresión puede ser explicada por la caída tendencial
de la tasa de beneficio.Una visión completamente orientada a la producción. ¿Qué piensa usted?
Respuesta. Trabajé muchos años directamente con Sweezy y Magdoff (teóricos pertenecientes a la escuela de Monthly Review,
nde), y creo que esta visión es un poco "tendenciosa". Para estos
autores el subconsumo no es como tal el problema. El problema es más
bien que durante un cierto período, la expansión financiera -que
teorizaron desde los años 80, y hay una serie de ensayos sobre ella en
la Monthly Review - fue la fuerza impulsora de diversos
sectores, por ejemplo el sector tecnológico. La idea de subconsumo ha
sido desarrollada más que por la Monthly Review por otras personas, por ejemplo Pivetti, en el Cambridge Journal of Economics.
Yo
no estoy de acuerdo con la visión del subconsumo: con Riccardo
Bellofiore hemos publicamos una serie de ensayos en los que
desarrollamos la idea del "keynesianismo privatizado". ¿Qué quiere
decir esto? Significa que no se matan dos pájaros de un tiro: el
capital se alegra de que haya una deflación de los salarios (por
ejemplo, en los EE.UU. a partir de finales de los 70 en adelante) y,
por otro lado, que aumente el crédito.
Sin
embargo, este no es el elemento esencial de la crisis, que es, a
saber, el aumento de la deuda como tal, sino que es la forma en que
esta deuda se adelantó, el hecho de que a menudo estos títulos de deuda
no valían nada. Muy significativamente este problema estaba dentro de
los bancos. El sistema de titulización, que es crear dinero mediante la
deuda (y los productos derivados son una gran herramienta para ello),
ha creado la vorágine. Esto finalmente ha hecho emerger esta
acumulación de capital ficticio, por usar un término marxista, que se
evapora a continuación.
No existe un mecanismo causal claro. ¿Qué quiere decir Bellofiore al afirmar que el subconsumo es la causa "última" de la crisis, y por lo tanto no explica nada?
El
punto es que no se puede explicar la causa de la crisis a través del
subconsumo. De hecho, el subconsumo no explica las causas de la crisis,
aunque se manifiesta durante la crisis. No es que el capital haya
incrementado el crédito porque los salarios caían.
Los
tres componentes de la crisis son la creación de liquidez por parte de
la Reserva Federal, la deslocalización (el modelo Wal-Mart, pero
después incluso Apple, etc.) y la expansión del crédito, y en
particular la expansión de la posibilidad de utilizar el valor del
capital ( es., el valor de las casas) para obtener más dinero.
Pero entonces, ¿qué hubiera ocurrido sin la titulización?
Que lo que ocurrió hubiera sucedido antes.
En
nuestro intercambio anterior, ha argumentado que la visión de
marxistas cómo Kliman, que atribuye la crisis a la caída tendencial de
la tasa de beneficio, es en última instancia reaccionaria porque no
integra la disminución de los salarios en los EE.UU., tal y como se ha
producido. ¿Qué dice al respecto?
No
me gusta realmente el enfoque de Kliman de la teoría del valor de Marx
y la caída tendencial de la tasa de beneficio, un enfoque que ha sido
criticado por muchos otros, por ejemplo, por Simon Mohun y Roberto
Veneziani. Guglielmo Carchedi, que para mí es más serio que Kliman, en
un artículo aparecido en sinistrainrete.info, dice que en realidad la
caída tendencial de la tasa de beneficio no se ve, pero si se tiene en
cuenta los sectores productivos entonces si se ve.
Así
que empieza a ser una cosa complicada, porque ¿qué significa "sector
productivo" en un sistema como el de hoy? Es cierto que actualmente los
beneficios caen, pero caen porque disminuye la demanda y, por lo
tanto, la tasa de utilización de la capacidad productiva. La capacidad
productiva que no se utiliza debe tenerse en cuenta en el coste de
utilización del capital y por lo tanto los beneficios caen, pero no por
las razones señaladas por Kliman. Así que creo que la visión de que la
distribución del ingreso no cuenta es profundamente reaccionaria, de
derechas diría yo.
Al
analizar la evolución de la economía mundial, se puede señalar que la
economía de EE.UU., aunque todavía débil, parece en alza, mientras que
la mayoría de las economías europeas están más rezagadas. Por
tanto, es sensato pensar que hay elementos particulares de la Unión
Europea y la zona euro que han contribuido a agravar la crisis. ¿Cuáles son estos factores y qué papel han jugado? De
manera más general, para algunos, la UE es una estructura neutral, con
un potencial de mayor democratización, pero para otros es una
institución de clase y una herramienta para la imposición de las
políticas conservadoras. ¿Cuál es el papel de clase desempeñado por la Unión Europea?
Mientras
tanto, hay que decir que Estados Unidos es un país principalmente
importador, al contrario que Europa, o más bien la zona euro, que
tiende a ser un exportador neto. Ello es sustancial para la dinámica de
la recuperación europea -sobre todo ahora que se ha instalado la
deflación tanto desde el punto de vista de los balances financieros
como de los salarios- y que depende de las
exportaciones: de hecho, no hay herramientas para estimular la demanda
interna, ya que no hay datos de crecimiento ni por lo que con
respecta a la inversión ni desde el punto de vista de los presupuestos
públicos, y la recuperación sólo puede depender de las exportaciones.
En
contraste, en los Estados Unidos se están produciendo mecanismos que
han permitido ciertas articulaciones. En primer lugar, los EE.UU. ha
cambiado radicalmente su posición a nivel internacional, han reducido
drásticamente su déficit externo. Y ¿cómo ha sucedido? No porque las
compañías americanas haya decidido revisar sus estrategias de outsourcing,
por lo menos no sustancialmente. Es decir, en algunos casos ha
ocurrido, se dieron cuenta de que era disfuncional y que el origen de
esta disfunción era China, ya que es adonde la mayoría de las
deslocalizaciones van, pero los chinos están más que dispuestos a hacer
lo que pueden para remediar este problema, ya que su interés
prioritario es seguir exportando, y entonces necesitan que las empresas
estadounidenses y sus asociados chinos sean capaces de producir.
Uno
de los factores más importantes en este cambio en la posición
internacional de los EE.UU. ha sido la propia China, que, en particular
desde 2009, se ha convertido en un gran importador, un "devorador" de
materias primas y alimentos, lo que ha puesto en marcha todo el
mecanismo de la minera estadounidense, y esto está conectado con las
zonas industriales de Michigan que han comenzado a producir máquinas.
En resumen, esto ha reducido las importaciones de Estados Unidos, ha
estimulado la inversión interna en los estados por lo que se refiere a
la minería, pero también, por ejemplo, a la madera de Minnesota, o
productos alimenticios.
China
ha incrementado sus importaciones tanto porque busca la trasferencia
de capacidades tecnológicas, aunque en este aspecto vuelve su atención
más hacia Japón y Europa, en particular Alemania. China ha puesto en
marcha toda la zona de la Amazonía, quiere convertir la selva amazónica
en un campo de soja, quiere crear a lo largo del rio Amazonas un eje
equipado con puertos y ferrocarriles para facilitar el transporte, y
esto está relacionado, de una forma u otra, con la industria
estadounidense.
En
resumen, todo ello ha ayudado al crecimiento en EE. UU., incluso a
nivel estadístico, porque estadísticamente las importaciones restan en
el cálculo del PIB. Además no se puede olvidar, sin embargo, que los
Estados Unidos han mantenido, al menos hasta el año 2010, un gasto
público real mucho más importante que en otros lugares.
Dicho
esto, sin embargo, no debemos olvidar que hay crisis en los estados,
en las ciudades (como Detroit, por ejemplo) en suma yo no contaría con
que la recuperación de EE.UU. va mucho más allá. Por no hablar de que
Larry Summers (economista y ex secretario del Tesoro con Clinton), ha
declarado que, para asegurar la estabilidad de la recuperación
necesitamos una nueva burbuja especulativa, una burbuja que sea capaz
de soportar todo este gasto.
En
resumen, el modelo no ha cambiado, todavía se basa únicamente en el
consumo, el mecanismo financiero que desencadenó la crisis no ha
cambiado: antes los bancos operaban con las empresas, prestaban a las
empresas en primer lugar y sólo en segundo lugar a los consumidores,
mientras que hoy opera directamente a través de los créditos al
consumo, los préstamos se hacen con la intención de ser titulizados, y
revendidos (el llamado modelo "originar para distribuir") y este patrón
no ha cambiado con la crisis, sino más bien se ha fortalecido.
Europa,
por su parte, se centra más en las exportaciones, que se ven, sobre
todo por parte de algunos países de la eurozona, como una solución para
el problema de la demanda interna, y esto es muy grave, es básicamente
un sistema neomercantilista. Ahora bien, no todos los países europeos
comparten este enfoque neomercantilista: el Reino Unido por ejemplo, es
completamente ajena, y compensa, al menos en parte, el déficit del
comercio exterior con las importaciones de capital a través de la
función de la City.
Incluso
Francia, que ha perdido totalmente la capacidad de apoyar las
exportaciones netas, se encuentra fuera de esta lógica. Francia está
mucho más cerca de la situación británica que de la alemana o la
italiano, por así decirlo. El problema es que Europa no puede ser
considerada como una entidad única, una confederación, sino que debe
analizarse país a país y la Comisión Europea debe ser vista como la
arena en la que los distintos países luchan entre si.
La
Comisión actúa como árbitro, sobre todo con los países más pequeños,
mientras que con los países más grandes, una vez se pone del lado de
uno y otra vez de otro, unas veces con Francia (pocas, en realidad), y
otras con Alemania. Con respecto al capital francés hay que tener en
cuenta que actualmente es sobre todo capital financiero, incluidos los
industriales, las industrias francesas están llenas de activos
financieros hasta la médula. Ya no está interesada en las exportaciones
desde hace bastante tiempo, mientras que hasta hace poco las apoyaban,
probablemente para contentar a los sindicatos. Los franceses están en
un terreno más británico, jugando a la hegemonía financiera, que quiere
fortalecer a través de una relación más estrecha con Alemania, un juego
que no está teniendo demasiado éxito.
Los
países mercantilistas son en definitiva cuatro o cinco, sin duda
Alemania, pero incluso más que Alemania, en relación con la población y
el ingreso per cápita, los Países Bajos. Después, en un nivel
inferior, Bélgica y Luxemburgo (a pesar de que no cuenta Luxemburgo,
que tiene un excedente natural por ser un paraíso fiscal), y luego
Austria, pero principalmente debido a su estrecha vínculos con
Alemania, y finalmente Italia. Estos países son los neo-mercantilistas, y
todos ellos están estrechamente unidos a Alemania. Luego están los
países escandinavos, que siempre han tenido la misma estrategia basada
en las exportaciones, en particular a los países no europeos, y que
ahora se encuentran en una profunda crisis, que tiene su centro en
Finlandia.
La
estrategia alemana es, en esencia, que Europa se mueva. Los otros
países europeos van bien en el sentido de que producen exportaciones
netas al resto del mundo, pero no deben interponerse por lo que se
refiere a la gran estrategia, que incluye China, Rusia, Turquía, Irán.
Alemania
se está centrando en una gran expansión en esas áreas. Por ejemplo,
los alemanes son muy favorables a una reestructuración de la economía
rusa, lo que sería una gran fuente de importaciones de mercancías
alemanas, y les gustaría la creación de una conexión ruso-china. Este
es su objetivo: está convencida de que Europa es algo viejo,
tradicional, que se puede manejar si crea un superávit, pero que la
estrategia principal tiene que estar en otra parte.
Este es el conflicto real, con Francia que apunta a una solución más a
la "inglesa", con un crecimiento financiero; el único país que por sus
dimensiones podría enfrentarse a Alemania sería Italia. Pero Italia ni
siquiera piensa en ello. En Italia reina la visión que la salida de la
crisis sólo puede venir a través de las exportaciones, lo cual es
evidentemente falso, puesto que ya hay tres casos en Europa que muestran
lo contrario: el primero son los Países Bajos, que en este momento ha
alcanzado una cuota de exportaciones netas en el PIB del 10% (en
comparación, Alemania cuenta con sólo el 6%) y sin embargo está en
recesión, con un crecimiento negativo del 1% y una tasa de desempleo
del 8%; en segundo lugar, Finlandia, también en grave recesión causada
por una profunda crisis tecnológica (Nokia, mucho antes de ser
adquirida por Microsoft, ya había trasladado su centro de investigación a
China en busca de economías de escala que la diminuta Finlandia no
pudo ofrecer); y finalmente tenemos Suecia, que desde los años 40 tiene
una tradición de exportador neto y ahora tiene un superávit del 6.7%
con los países extranjeros y, sin embargo, una tasa de desempleo del
8%. Así que si estos países no pueden apoyar la recuperación mediante
las exportaciones ¿cómo puede Italia, un país con 59 millones de
habitantes, compensar la falta de la demanda interna a través de las
exportaciones?
Ahora,
la cuestión de clase. Sólo hay una cosa que mantiene unidos a todos
los diferentes componentes de la Europa capitalista, y es la deflación
de los salarios que garantiza el euro, y aquí no hay santos, todos
están de acuerdo. El consenso tiene por objeto mantener la deflación de
los salarios, un proceso alentado a través de la deflación del gasto
público y la reducción global de todos los aspectos de los salarios,
incluidas las pensiones. Obviamente, este proceso funciona de manera
diferente, y hay países que tienen más éxito que otros: Alemania fue el
país más eficiente en lo que respecta a la relación
salario-productividad, mientras que Francia ha tenido mucho menos éxito,
y es irónico ya que la idea de la "deflación competitiva", es decir,
la reducción de los salarios para ayudar a las exportaciones, es una
idea francesa, propuesta en los años 80 por Delors y toda esa gente
terrible.
En
resumen, no creo que las distintas clases capitalistas europeas tengan
interés en el euro como tal, independientemente de su función en la
regulación de las relaciones internas de clase. Si no cumple con este
componente unificador, salta todo.
En Occidente, la doctrina económica neoclásica es completamente dominante desde hace más de 30 años a nivel académico. De manera similar, también las opiniones sobre la política económica y la crisis tienen una base ideológica común. ¿Cómo debe posicionarse una teoría heterodoxa hoy? ¿Tiene
sentido una guerra de posiciones dentro de la academia, tiene sentido
intervenir sobre los métodos de gestión de la crisis? ¿Tiene sentido participar en el debate institucional sobre que debe hacerse, o es mejor trabajar en otros lugares y espacios? En
esencia, ¿el capitalismo es reformable es necesario participar en su
gestión, tal vez en una dirección más "igualitaria" o no?
Debemos
ser conscientes del debate, hacer propuestas de economía política y de
política económica. Hay que conocer, no para debatir, sino para
entender lo que quieren (la corriente teórico mayoritaria, ed.), no
sólo lo que está escondido, sino también qué piensan estas personas,
cómo razonan, que criterios tienen, que horizontes hay. Por lo tanto,
uno debe conocer el debate de política económica. Pero creo que no es
necesario entrar en contacto con ninguno de ellos. Mi idea es que es
necesario crear un grupo gramsciano, el Gramsci del "nuevo orden".
Estudiarlo
todo, pero no hablar con ellos. Estudiarlo todo para hablar cuando
haya la fuerza de movilizar, pero no hablar con ellos: ir a las
conferencias para recoger los documentos (que ahora se puede obtener en
internet). Ver cómo piensan, no interactuar, porque no es sólo inútil,
sino que también hay que aceptar una gran parte de sus puntos de
partida, para integrarse en el debate hay que aceptar un terreno común,
y ellos no aceptarán nunca el tuyo, al menos la parte tuya que te
permita intervenir. No es necesario hablar de ello. De hecho, cuando de
vez en cuando, me invitan a dar una conferencia, voy a hablar pero a
debatir, no, no voy.
No
lo hago. De hecho, estoy en desacuerdo en este aspecto con Yanis
Varoufakis (economista griego y co-autor de Halevi, ed.), porque se fue
a hablar con la OCDE, pero que vas a discutir con ellos allí, en
París. No, en absoluto. Hay que ser como Gramsci, en el período del
Nuevo Orden, antes de ir a la cárcel, pobre hombre. A lo largo de la
primera fase de la cárcel Gramsci leía y estudiaba todo, pero al mismo
tiempo pensaba una forma autónoma de elaboración del movimiento
comunista.
Se
debe hacer lo mismo. Y después decidir autónomamente, como en el caso
del suceso del Aventino, la política. Él decidió no hacerlo, los
comunistas decidieron no participar, e hicieron bien en dar la batalla
en el parlamento. Pero también hizo una propuesta a los socialistas, de
organizar milicias armadas. El punto fundamental de la diferencia
entre los comunistas y los socialistas antes del advenimiento del
fascismo, es decir, en la etapa que va sustancialmente desde 1920, de
hecho desde 1919, hasta el asesinato de Matteotti, es que Gramsci, los
comunistas entienden que la dimensión política puramente parlamentaria
de oposición al fascismo que tenían los socialistas no iba a funcionar.
Como ellos, los fascistas, no utilizaban un sistema parlamentario,
sino sistemas militares, violentos, por lo que eran imprescindibles
para resistir las milicias armadas.
Los
comunistas habían entendido que la lucha contra el fascismo tenía que
hacerse militarmente, y creo que eso también se aplica, mutatis mutandis,
hoy, no en el sentido militar, sino en el sentido de que no se puede
hablar con la corriente ortodoxa, no se puede compartir nada con ellos.
Esto también plantea otro punto de vista con respecto a la cuestión de
la ortodoxia-heterodoxia. De hecho, no estoy muy convencido de la
validez de la declaración "hacemos heterodoxia".
A
menudo sucede que los heterodoxos lo que quieren es llegar a ser
consejero del príncipe, diciendo: "Tengo un gráfico, una ecuación mejor
que la tuya, puedes hacer esto y lo otro". Eso hacen los
post-keynesianos, y yo puedo soportarles más. El ejemplo más claro para
mí es Giuseppe Fontana (economista italiano que enseña en Leeds, nde),
que solo busca ser el nuevo consejero del príncipe.
Creo
que si le preguntas a partir de este punto de vista, se cierra. Tienes
que ser gramsciano, organización cultural y autónoma del movimiento
obrero, y por lo tanto movimiento de clase. Esto es, creo, lo que debe
hacerse, esta es mi visión. Creo que incluso Riccardo Bellofiore esta
de acuerdo, aunque tal vez lo expresa de una forma menos amarga que la
mía.
Desde
su punto de vista, ¿dónde se encuentran en este momento tanto en
Italia como en el resto del mundo los movimientos y / o contradicciones
más interesantes, con un potencial de ruptura? Un ejemplo es el papel de la logística en Italia.
Creo
que la línea de fractura se encuentra en China. Es ahí, es la
situación de China: tienen un proceso de acumulación y desarrollo de
tipo japonés-americano, que lleva al paroxismo, que está desarrollando
unos costes sociales que están cayendo sobre la gente de manera
durísima, tanto en términos de la intensidad del trabajo como en
términos medio ambientales. Por ejemplo, en el noreste de China, donde
limita con Rusia y Corea, en esa zona hiper-industrializada está
empezando a caer la esperanza media de vida, y está disminuyendo debido a
la situación del medio ambiente (enfisemas, la contaminación del agua,
etc.) Creo que hay una maraña de contradicciones.
En
el pasado pensé que el punto de ruptura del capitalismo mundial sería
América Latina .. pero no. E incluso allí, en cierto sentido cuenta
China, que los puso de nuevo en marcha con sus importaciones de
materias primas. China también ha contribuido a la financiarización de
Brasil, gran exportador de materias primas.
La
política de Lula, y luego de Russef ha sido acomodaticia con las
relaciones internas de clase brasileñas, que nunca han sido muy
favorables para la mayoría de la población. Añado una consideración
sobre la función del FMI. Antes de esta crisis europea, el FMI, que era
un instrumento de disciplina internacional para los países del Tercer
Mundo, había perdido poder, tanto es así que se empezó a hablar de
recortes de personal y fondos. Esto se debe a que Argentina, Venezuela,
Brasil -que si se mueve afecta a toda América Latina-, Uruguay y
Ecuador, había reducido su papel y lo habían puesto en crisis.
Venezuela ha conseguido escapar.
Sí, han omitido todas las políticas del FMI, incluso Malasia en el 98 había decidido no seguir la doctrina del FMI.
Ahora,
sin embargo, el fondo ha recuperado poder gracias a la crisis europea,
gracias a Grecia. Aquí, en Europa, no veo mucho margen de ruptura.
Para que algo suceda es necesario que salten los partidos tradicionales
de la izquierda europea.
Joseph Halevi es profesor de economía en la Universidad de Sydney. Su libro más reciente es Modern Political Economics. Making Sense of the Post-2008 World (con Y. Varoufakis y N. Theocarakis).
Traducción para sinpermiso Gustavo Buster
Gracias a : Sinpermiso
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