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miércoles, 4 de febrero de 2015

Dossier Grecia: El doble discurso y la demagogia populista tienen antecedentes en Grecia

James Petras - La Haine
 
 
Cuando fui a hablar con el Primer Ministro socialista en los '80, entré por la puerta izquierda y cuando salí, por la puerta derecha entraba el embajador norteamericano

El análisis de James Petras en CX36, lunes 2 de febrero de 2014. Escuchar: http://www.ivoox.com/analisis-james-petras-cx36-lunes-audios-mp3_rf_4029760_1.html

Efraín Chury Iribarne: Para comenzar, te pedimos un comentario sobre la reunión de jefes de Estado que convocó el presidente Barack Obama para el 8 de febrero.

JP: Hay varias cosas actualmente sobre la mesa. Primero, están los esfuerzos por fortalecer las acciones contra Rusia, en una reunión internacional, en la que se trata de imponer una política más agresiva. Hay resistencia en Europa, entonces se trata de utilizar esa reunión para conseguir el consenso.Lo que es muy difícil por las condiciones políticas y económicas actuales en Europa, particularmente encabezada por la disidencia griega con su nuevo gobierno que está resistiendo nuevas sanciones.

Otra aspecto está dirigido a tratar el estancamiento económico que de repente ha comenzado a tener impacto aquí, sobre todo en la bajada de las exportaciones, particularmente del sector manufacturero. Hemos visto que las exportaciones que forman una parte importante de la Economía estadounidense han caído en forma vertical, están en tasas negativas actualmente, porque los mercados externos están en dificultades principalmente en Europa, donde el estancamiento y el retroceso sigue siendo fuerte y han bajado las importaciones. Lo mismo sucede con América Latina, Asia y Canadá. Y ahora China ha dejado de ser la fuerza economica que era. Por tanto, el mercado externo estadounidense está pesando mucho en la Economía y hemos visto la caída en el último trimestre, que indica que podemos entrar en una nueva recesión a fines de 2015.

Entonces, tanto en el exterior como en el interior, las cosas no marchan bien para el presidente Obama y busca a partir de reuniones internacionales, tratar de contrarrestar eso con medidas fiscales y una política de torcer el brazo de Europa, para que sigan la línea de confrontación con Rusia.

EChI: ¿Obama busca una nueva guerra fría o trata de que Rusia se meta en Ucrania para justificar un posible ataque?

JP: Los expertos en política exterior aquí han comentado que la guerra fría ya comenzó con las sanciones, las posturas agresivas y el quiebre de las relaciones diplomáticas con Rusia. Hemos vuelto a la política de demonizar al presidente Putin. Y lo que está atrás de todo esto, es la idea de Washington de que Rusia pudiera volver al estado de vasallaje de los '90, donde podían con un gobierno débil, un gobierno entreguista, conseguir la dominación de Rusia.

Entonces, la idea aquí es una guerra fría reeditando la táctica de los años '80, que pasa por debilitar al gobierno ruso y conseguir la dominación total de la economía, como se hizo en la época de Yeltsin. Es decir, la meta es lograr un gran retroceso para Rusia pero un gran avance para el poder y la dominación norteamericana.

Para alcanzar esa meta, la herramienta es usar la agresión en Ucrania por parte de los países de la OTAN para provocar una carrera armamentística, que podría poner en bancarrota a Rusia y tal vez, utilizarla para enfrentar a Rusia en uno y otro lugar. Por ejemplo, en los países bálticos, se están desarrollando ejercicios militares muy agresivos; Polonia está muy metida con Lituania, Letonia y Estonia, en toda una política de poner a la Unión Europea en pie de guerra contra Rusia.

Podemos pensar también que para la crisis en Europa es útil tener una guerra fría como una distracción, una desviación, de los grandes problemas económicos internos. Washington tiene el proyecto de fortalecer esas tendencias derechistas en Europa y a partir de eso, construir un frente dentro de EEUU que podría debilitar las fuerzas progresistas que buscan cambiar la política más hacia el centro.

Y hasta ahora la guerra fría norteamericana es una cosa de la cúpula, porque el pueblo aquí todavía piensa primero en los problemas económicos y recién después, en cualquier tema externo.

EChI: ¿El resto del mundo está consciente de lo que supone un conflicto en esta área?

JP: Yo creo que si, hay mucha preocupación. Por ejemplo, en Japón hay grandes protestas contra el militarismo ascendente; en China también hay conciencia de que EEUU esta tomando medidas agresivas e intervencionistas, manipulando las protestas en Hong Kong y otros lugares para debilitar al gobierno. La campaña mediática es igual, es totalmente anti China y anti Rusia, y busca fomentar una actitud de conflicto, y que Rusia y China son las causas de cualquier problema que enfrenta el pueblo.
Pero como decía, en Europa, particularmente en el sur de Europa, hay una gran conciencia del peligro de esta política de agresión. Y también entienden que es contraproducente, porque muchos productos agrícolas de España y Grecia se exportan a Rusia y han sufrido grandes pérdidas.
En Francia, la popularidad de la política pro OTAN es muy débil. Hollande, que es el principal vocero de esta política, ha bajado nuevamente su popularidad.
Pensamos que la alternativa tanto de la derecha dura del Frente Nacional, así como de los sectores más progresistas del sindicalismo, ha ganado influencias. Entonces, no es fácil imponer la política norteamericana con Rusia, cuando está en juego el peligro de una guerra nuclear.

EChI: Bien, nos vamos a Grecia. ¿Cómo analizas estos primeros días del gobierno de Syriza y las negociaciones del primer ministro Alexis Tsipras.

JP: Hay novedades. Uno lo sigue con mucha cautela y trata de interpretarlo. Las declaraciones de Alexis Tsipras son por un lado muy conciliadoras, en el sentido que aceptan la deuda, aceptan la necesidad de pagarla, sólo buscan una moratoria, una postergación en los pagos actuales, para poder canalizar dinero a estimular la economía.
Pero hay una cosa que debo comentar personalmente.
Yo estuve asesorando al primer gobierno del Partido Socialista de Andreas Papandréu desde el año 1981 hasta 1984 cuando renunció. Y hay una tendencia en Grecia, de los políticos de izquierda, incluso los que se auto consideran radicales: es que dan señales por la izquierda y toman virajes a la derecha. Es decir, utilizan un discurso radical para cosechar votos y después, cuando llegan al poder, postergan cualquier cambio estructural.

Recuerdo que Papandréu prometió abandonar la OTAN, prometió cerrar las bases militares, prometió salir de la UE; pero al final de cuentas simplemente aceptó mayores préstamos de la UE y cobrar más renta por las bases militares. Todo quedó igual, sólo aumentó los salarios, el número de empleo y los gastos sociales. Finalmente, empecé a ver que la ideología, la retórica, no se correspondía a la práctica.

Creo que hay paralelismos entre Syriza y el Partido Socialista Griego de los ’80, y temo que algo similar pueda pasar. Recuerdo que cuando fui a hablar con el Primer Ministro, entré por la puerta izquierda y cuando salí, por la puerta derecha entraba el embajador norteamericano. Y la secretaria me dijo: ‘Petras, no pienses que estás influyendo, porque utiliza sus críticas a la derecha para justificar su apoyo a las políticas norteamericanas’.

Entonces, el doble discurso y la demagogia populista es algo que tiene antecedentes en Grecia. No digo que Tsipras sea igual que el viejo Papandréu, pero creo que debemos andar con cautela. Muchos que no conocen la historia y la cultura política griega se han subido al tren de Syriza, diciendo que van a hacer muchos cambios sociales. Pero tenemos que suspender el juicio y esperar y presionar para que cumplan por lo menos parcialmente el programa, porque las necesidades en Grecia son enormes. Creo que una traición al pueblo, al electorado, va a costarle a Syriza, va a costarle a Grecia mucho más de lo que le costó en los años ’80, cuando yo estuve allá.

EChI: ¿En qué otros temas vienes trabajando?

JP: Lo primero es un comentario sobre Ucrania.Un general ucraniano, que no es exactamente un rebelde, es un oficialista, declaró que no hay soldados rusos en Ucrania. Que todo es una mentira de su propio gobierno, que acusa a Rusia, cuando lo que hay en curso es una guerra civil contra el pueblo del Este, que busca mayor independencia, democracia y escapar de los controles que intenta imponerle la Junta de Kiev.

Es una declaración importante porque la prensa en todo occidente acusa a Rusia de fomentar el conflicto y de que está metida en la guerra, y no es cierto. Es una guerra civil con los sectores populares del Este ganando terreno y el gobierno occidental, el gobierno de Kiev, muy debilitado y con poco apoyo popular. Incluso hay muchas deserciones de soldados que ya no creen las mentiras del gobierno que acusa a Rusia de estar combatiendo, pero cuando están allá en el Este encuentran sólo a ucranianos.

Entonces, debemos tomar en cuenta que la situación en Ucrania sigue siendo muy conflictiva pero con avances de los sectores libertadores.
El otro tema que quería comentar es lo de Nisman. En el caso Nisman, cada vez que encontramos nuevos datos, encontramos más vínculos entre Nisman, Israel y la CIA. Todas las acusaciones que han hecho vienen de supuestas escuchas hechas por agentes de la CIA en Argentina.

Uno tiene que decir que Nisman no es un mártir argentino, es un mártir de las agencias internacionales de Inteligencia que utilizaron su posición para hacer acusaciones buscando debilitar al gobierno de los Kirchner. Debemos entender que Nisman funcionaba más como brazo externo de la política de las agencias de Inteligencia que como un investigador judicial sobre el acto terrorista de la AMIA, buscando culpabilizar a Irán para romper relaciones entre Irán y el mundo occidental. Y sobre todo, para perjudicar las negociaciones para la paz, que es exactamente la política del Mossad, de Israel.

No es coincidencia que intensificaba sus acusaciones contra Cristina Fernández en momentos en que se deterioraban las relaciones de Israel con el mundo. Israel buscaba un mártir para distraer a la opinión pública y a la vez, perjudicar la opinión mundial contra Irán. Es decir, Irán es la principal víctima en todo este complot de Nisman en Argentina; pero Argentina es simplemente un terreno para el conflicto de Israel contra Irán.
Finalmente quiero terminar con un comentario que hizo Fidel Castro, que es muy importante sobre la apertura del diálogo entre EEUU y Cuba; avisando al mundo y particularmente a los cubanos, que hay que marchar con toda cautela. Fidel dijo que muchas veces EEUU utiliza la diplomacia, la negociación, para mantener el status quo. Es decir, no quieren discutir el fin del embargo, del bloqueo, no quieren discutir la entrega de Guantánamo, un territorio cubano colonizado hace más de cien años; quieren imponer condiciones sobre el tratamiento interno de la política en Cuba.

Y creo que es un buen aviso de Fidel, advirtiendo a los nuevos políticos cubanos que deben cuidarse. No está contra de las negociaciones, para nada, lo que dice es que hay muchas trampas cuando uno empieza a tratar con los norteamericanos. Y él debe saberlo porque por más de 50 años, Fidel fue el mejor baluarte en defensa de la soberanía de Cuba, evitando tanto los ataques militares como el bloqueo económico.

Creo que es un buen aviso, porque de repente después de las declaraciones de Fidel, el gobierno empieza a reconsiderar algunas propuestas norteamericanas sobre la reapertura. Debemos entender que la primera arma que utiliza EEUU en todos estos esfuerzos de desestabilizar al gobierno es fomentar las organizaciones no gubernamentales, que son brazos políticos para subvertir un país.

Y han usado esto en Rusia y otros países para intervenir, utilizando instrumentos como las ONG’s para debilitar la política del gobierno. Han utilizado las ONG’s en Venezuela, en Bolivia, en China, etc. Supuestamente grupos que buscan fortalecer la sociedad civil, u organizaciones por los derechos humanos, pero nunca critican los derechos humanos en EEUU, los miles de muertos en Siria, Irak, . Son muy cuestionadas estas ONG’s porque sólo critican a los adversarios de EEUU.

Entonces, Fidel ha dicho cuídate de esta apertura con EEUU porque sigue siendo un país imperialista.
Extractado por La Haine

miércoles, 14 de enero de 2015

DOSSIER GRECIA: “La austeridad en Grecia sólo ha beneficiado a bancos y multinacionales alemanas”


Grecia representa en torno al 2% del PIB de la zona euro, pero la llamada a rebato de los grandes poderes –singularmente la Troika y el gobierno alemán- ante un posible triunfo de Syriza, marca la campaña electoral. En un artículo publicado el 5 de enero en Público, el catedrático Vicenç Navarro refutaba los presupuestos del alarmismo: “Les aseguro que lo último que la banca alemana desea es que Grecia se vaya del euro. Y si no, esperen y lo verán. La causa de que a Grecia no la echarán de la eurozona es que, si ello ocurriera, la banca alemana tendría un  problema. Alemania tiene invertidos 700.000 millones de euros en los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España)”.

El periodista Antonio Cuesta, corresponsal en Atenas de la Agencia Prensa Latina (también lo fue en Turquía), abunda en esta vinculación al afirmar que las políticas de austeridad en Grecia “sólo han beneficiado a bancos y multinacionales alemanas”. “La terca obstinación de Berlín de mantener a cualquier precio las medidas de austeridad y la fortaleza del euro creo que está llegando a su fin, y buena parte de la culpa la tiene Syriza”, añade. En el fondo del problema, asegurar el “enorme negocio de la deuda”. Antonio Cuesta Marín es también colaborador de Rebelión, coordinador de la editorial Dyskolo y autor del libro “Solidaridad y autogestión en Grecia” (Manu Robles-Arangiz Institua).

-Titulabas recientemente un artículo en Rebelión “Cuando los poderes extranjeros entran en campaña electoral” respecto a las declaraciones de dirigentes alemanes, acciones de bolsas y mercados ante una posible victoria de Syriza (las encuestas le adjudican a la coalición de izquierdas en torno al 30% de los votos). ¿Qué cambios observas respecto a los comicios legislativos de junio de 2012, en las que resultó vencedora Nueva Democracia, formación conservadora, cuando los sondeos también daban como ganador a Syriza y también se desató la campaña del miedo?

-Syriza fue la sorpresa electoral en mayo de 2012 al pasar del 4,6% de los votos y 13 escaños (en 2009) al 16,8%, apenas un 2% menos que lo que sacaron los conservadores Nueva Democracia (ND). Ninguna encuesta previó ese resultado y los primeros sorprendidos fueron los propios militantes de Syriza. El partido, realmente, no estaba preparado para ganar y si sumamos que en la segunda ronda, un mes después, la campaña del miedo fue terrible el resultado fue una victoria de la coalición proausteridad. Hay que decir, además, que la campaña electoral de ND y el PASOK consistió en negar lo que más tarde hicieron inmisericordes: recortes, privatizaciones, despidos...

La situación actual es sensiblemente diferente. Syriza se ha fortalecido bastante, dio un paso importante en las pasadas elecciones locales, al ganar el gobierno de la región de Ática (la más poblada), y cuenta con un programa de gobierno mejor elaborado. Enfrente tiene a unos oponentes deslegitimados, que ya mostraron a las claras cuáles son sus  propuestas, y que van a tener muy difícil generar ningún tipo de ilusión entre los votantes. Por supuesto su baza es el miedo, y con la ayuda de sus socios europeos tratarán de asustar cuanto puedan, en un intento desesperado por mantener a Grecia en el redil de la austeridad.

-Sugieres además que una fracción del capital financiero (incluido algún artículo en el “Financial Times”) podría no ver de manera negativa, incluso la vía más favorable en la presente coyuntura, una victoria de Syriza como vía keynesiana con la que despertar una economía “moribunda” como la griega. ¿Se han manifestado de algún modo estos intereses?

-De manera pública muchos analistas del sector de las finanzas se han expresado en esos términos. Hablo de defensores acérrimos del neoliberalismo. En España, por ejemplo, El País también se desliza por esa línea, la de aceptar una renegociación de la deuda, entendiendo que más vale perder un poco que perderlo todo.

Además la falta de decisión de un gobierno cobarde y pusilánime como ha sido el binomio Samarás-Venizelos ha llevado al desastre incluso al sector financiero en Grecia. En 2014 la Bolsa de Atenas fue, a nivel mundial, la que mayores pérdidas registró, con una caída del 29%. Mientras, los bancos continúan en extrema postración a la espera de nuevas dosis de inyecciones monetarias.

 -El corresponsal de El País en Bruselas, Claudi Pérez, titulaba el 7 de enero un breve artículo del siguiente modo: “¿Quién teme a Alexis Tsipras?”, donde afirma que al dirigente de Syriza no se le teme en la Comisión Europea, en Bruselas, en Francfort (sede del BCE) ni siquiera en Berlín. En el artículo se afirma dos veces que Tsipras “lleva meses reuniéndose en Bruselas, en Francfort y en Berlín, dejando claro que no va a tomar medidas revolucionarias”. Se afirma además que en estas tres plazas “se le considera un tipo razonable”. ¿Qué explicación se da en Atenas de estas reuniones y su contenido?

-Syriza ha dejado clara su adhesión a la Unión Europea y a la zona euro y sus propuestas no son, en efecto, “revolucionarias”. La cuestión es saber quien podrá sacar más partido en una mesa de negociaciones, donde sin duda tendrán que resolverse la cuestión de la deuda y las formas de financiación que hoy por hoy necesita la economía griega. Por parte europea parece claro que recurrirán al chantaje monetario para tratar de seguir exprimiendo al estado griego. Lógicamente Syriza podría endurecer su posición con medidas, ahora sí, más radicales. Pero para ello deberá saber con qué grado de apoyo popular cuenta y, sobre todo, hasta dónde están dispuestos a llegar los griegos para salvar su dignidad y su soberanía.

 -¿Qué medidas concretas plantea Syriza para el escenario posterior a las elecciones del 25 de enero, sobre todo en relación con la deuda pública (alcanza ya el 177% del PIB) y los acreedores internacionales, y también en relación con los programas de austeridad impuestos por la Troika? ¿Y en el frente interno, por ejemplo, respecto a la fiscalidad, paliar la pobreza de la población, recuperación de los sectores estratégicos o relaciones con la iglesia ortodoxa?

-La reducción de la deuda no puede ser evaluada en todo su dimensión en estos momentos, pero algunos de los miembros del departamento de finanzas de Syriza han hablado días atrás de que podría ser reducida a la mitad. Eso, lógicamente, depende en gran medida de cómo transcurran las negociaciones con los acreedores. Lo que sí ha quedado claro es que las primeras medidas del gobierno irán encaminadas a realizar una profunda revisión del plan de privatizaciones, dejando fuera algunas empresas estatales estratégicas, un programa para revitalizar la economía productiva, el aumento del salario mínimo y las pensiones, la aplicación de ayudas a los más necesitados y una remodelación de la política fiscal, descargando a las clases populares de la presión insoportable que han sufrido hasta ahora.

 -En los municipios y regiones donde ya gobierna Syriza (por ejemplo, en el Ática, de un peso demográfico y económico enorme en el país), ¿pueden observarse algunos cambios concretos a partir de las políticas aplicadas?

-El mayor esfuerzo hasta el momento ha sido el de frenar el programa de despidos de los empleados públicos, poniendo en tales aprietos al ministerio de la Reforma Administrativa que el gobierno no ha podido cumplir los compromisos que tenía con la troika para 2014. En todo caso, el margen de maniobra que tienen las regiones no es muy grande, a diferencia de lo que ocurre por ejemplo en España, pues cuentan con muy pocas competencias, pero han mantenido una posición de resistencia e insumisión a los dictados de los acreedores que son realmente las únicas directivas en las que centra todo su esfuerzo el gobierno central.

-Numerosos analistas anticipan que Syriza no logrará la mayoría suficiente para gobernar en solitario. ¿Habría, a día de hoy, la posibilidad de acumular esta fuerza apoyándose en ecologistas, comunistas y el Frente de Izquierdas Anticapitalista (Antarsya)? ¿Se están “trabajando” acuerdos de estas características, o ves más factibles pactos que miren más a la derecha?

-Solo el partido ecologista, en los márgenes de conseguir el 3% legal que da acceso al Parlamento, ha mostrado su disposición a colaborar. El Partido Comunista (KKE) ha dejado claro desde hace tiempo que Syriza es tan enemigo como ND o el PASOK. El resto de formaciones de izquierda aún no definieron su postura o el mensaje que trasladarán a su militancia, entre ellas Antarsya pero también Izquierda Democrática, que muy probablemente quede fuera de la Asamblea Nacional. De cómo se decanten dependerá el resultado final de Syriza y de si necesitará una vez pasadas las elecciones, aunque solo sea para la elección del Primer Ministro, a otras fuerzas más a la derecha.

-En el verano de 2014 publicaste “Solidaridad y autogestión en Grecia”, libro en el que analizabas el florecimiento de iniciativas sociales surgidas al calor de la crisis. ¿Mantienen el pulso en la actualidad y, sobre todo, la fortaleza suficiente para que Tsipras pueda apoyarse en el movimiento popular para sus reformas?

-Mi impresión personal es que no. Bien sea por la premura de tiempo, bien por los recelos entre el atomizado movimiento social y Syriza, lo cierto es que no se ha desarrollado como debería una alianza popular que integre las aspiraciones y la apertura de cauces de participación en el principal partido de la izquierda. Sin embargo, pienso que esa colaboración será más necesaria en caso de alcanzar el gobierno que incluso para acceder a él. Es una tarea que, pase lo que pase, Syriza no puede demorar más, poniendo todo su empeño y honestidad para que se vayan abriendo cauce de participación política desde la base.

-“Der Spiegel” ha filtrado los augurios de Merkel y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sobre una Grecia fuera de la Eurozona en caso de que Syriza aplique sus reformas. El FMI ha decidido suspender las negociaciones con Grecia hasta después de los comicios, en relación con el plan de rescate (desde 2010, un total de 240.000 millones de euros). ¿Resignación, miedo, sentimiento de colonia, necesidad de que potencias extranjeras obliguen al rigor? ¿Qué percepción tiene la población griega de estas noticias?

-En general la población está hastiada por unas políticas neoliberales que solo han profundizado la brecha entre una pequeña minoría, a la que no parece haber afectado seis años de recesión, y una mayoría que no ve el final a este largo túnel. La cuestión es de qué modo se puede poner fin a la cruel intervención de los poderes financieros. Una parte importante de los votantes confía en que la vía de Syriza sea suficiente para reconducir la crisis social y económica en la que se encuentra Grecia. Otro sector, no desdeñable, apuesta por medidas aún más fuertes, como el abandono del euro para recuperar de forma completa la soberanía política, económica y fiscal. Y por último hay un porcentaje también relevante que siguen creyendo en el modelo actual y en las promesas de recuperación lanzadas desde el gobierno y los grandes medios de prensa.

-Afirma Yanis Varoufakis, consejero económico de Syriza, que actualmente Grecia “está en bancarrota y no pide prestado a inversores privados”. Por tanto, “la amenaza a un gobierno de Syriza no vendrá de los mercados”, sino del BCE, la UE y Berlín, sostiene el economista en una entrevista a Alessandro Bianchi en “L’Antidiplomatico”.  ¿Se continúa utilizando el discurso de la “responsabilidad”, de que hay que cumplir con la ortodoxia para que los “mercados” no corten la financiación y dejen al país sin liquidez?

-Ese discurso es al que apelan los defensores del actual funcionamiento de la UE, y que no cuestionan las políticas del desastre promovidas por Alemania, pese a que han llevado a los países periféricos a la más completa postración. La terca obstinación de Berlín de mantener a cualquier precio las medidas de austeridad y la fortaleza del euro creo que está llegando a su fin, y buena parte de la culpa la tiene Syriza. Hasta ahora el único beneficiado ha sido el capital alemán (bancos y multinacionales), pero la posibilidad de que el pueblo griego se manifieste libremente en las urnas puede marcar un punto de inflexión en las políticas comunitarias aunque hace falta que esta ola no se detenga en Grecia y continúe en más países.

-Por último, en el libro “Solidaridad y Autogestión en Grecia” recuerdas cifras estremecedoras sobre la “cura de choque” que ha sufrido Grecia. La deuda pública pasó del 129,7% del PIB en 2009 al 171,8% en 2013; y en el mismo periodo el PIB se redujo en un 26%, la mayor caída de un país en tiempos no bélicos. ¿Han tenido algún efecto “positivo” las políticas de austeridad, incluso desde una perspectiva neoliberal?

-Ninguno. La única intención de las mismas ha sido la de asegurar a cualquier precio que el enorme negocio de la deuda siguiera dando beneficios a los prestamistas y favorecer a las grandes empresas. No ha habido ninguna consideración ni hacia las condiciones de vida y los derechos de los ciudadanos, ni tampoco hacia el débil tejido productivo nacional. Todas y cada una de las medidas han ido encaminadas a desmantelar las leyes que protegían a los trabajadores o les garantizaban sus derechos más básicos, y aquí también incluyo a profesionales, autónomos o empresas familiares, para beneficiar a las grandes corporaciones y al capital transnacional ofreciéndoles un territorio libre de restricciones (laborales, medioambientales, fiscales...) donde enriquecerse sin cortapisas.
 
Enric Llopis
Gracias a : Rebelión

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