Francisco González Tejera
La financiación de los rebeldes sirios con dinero español y del
resto de países integrantes de la Alianza Terrorista OTAN , supone un
absoluto respaldo al terrorismo de Al-Qaeda, que son los que con dinero
occidental están intentando imponer un nuevo régimen títere del imperio
en esta nación soberana, siempre al servicio de los intereses de los
Estados Unidos y de la corrupta Unión Europea.
Estos
mercenarios del denominado “Ejército Sirio Libre” son los causantes de
miles de crímenes de lesa humanidad, de violentos ataques terroristas
contra el pacífico y solidario pueblo de Siria, con acciones tan
impactantes como devorar las tripas ante las cámaras de un soldado pro
gubernamental, violaciones de miles de mujeres, asesinatos de niños y
niñas, o el reciente degollamiento del sacerdote franciscano François
Murad (49 años), que trataba de impedir la violación y asesinato de un
grupo de monjas, y de otros cristianos del monasterio de San Antonio de
Padua, en la provincia de Idlib, muy cerca de la frontera con Turquía.
Una brutal acción criminal que fue grabada, y en pocos minutos visualizada en todo el mundo por millones de personas asombradas, horrorizadas ante este terrible acto de salvajismo. Un terror que no inmuta a la comunidad internacional, a unos países occidentales enfermos de codicia, que como el español financian con el dinero de sus contribuyentes este brutal genocidio.
Ante estas aberrantes imágenes cabe preguntarse ¿Porqué países como los Estados Unidos, España, Francia, Gran Bretaña, Turquía, Qatar, Arabia Saudí, Israel siguen dando dinero y proporcionando armas a los islamistas radicales de aquel país?
¿Porqué no se condenan estas atrocidades por parte del llamado mundo occidental “civilizado” y sus manipulados y cortesanos medios de comunicación?
¿Qué oscuros intereses rondan detrás del absoluto respaldo al
terrorismo internacional que está masacrando a este desgraciado pueblo?
Preguntas que sin respuesta ocultan un respaldo a una invasión
terrorista en Siria, que está generando una sangrienta ola de crímenes.
Los más terribles del siglo XXI, un genocidio oculto por la Europa de
los mercaderes, los asesinos del imperio norteamericano y las mafiosas
monarquías del mundo árabe.
Estos asesinos y quienes los financian deben ser detenidos y
ajusticiados de forma inmediata por un Tribunal Internacional de
Derechos Humanos, tal como se hizo con los nazis o los miembros del
ejercito de Serbia. Lo contrario sería respaldar un nuevo holocausto
moderno, cuyo único y exclusivo interés es derrocar al presidente Bashar
Al-Assad y quedarse con el territorio sirio y sus recursos naturales.
En los últimos meses, diferentes diarios árabes han informado de la
infiltración en Siria de más de 3.000 hombres del Grupo Islámico
Combatiente en Libia (GICL), rebautizado desde noviembre de 2007 con el
nombre de Al-Qaeda en el país del asesinado presidente Gadaffi.
Sorprende sobremanera que los Estados Unidos y sus siniestros
palanganeros de la Unión Europea, sigan pagando a criminales para
obtener sus oscuros objetivos, que no son más que implantar un régimen
de mercenarios criminales al servicio del mafioso capital financiero del
FMI y la troika.
Es mentira que Al-Qaeda y la OTAN sean enemigos, quizá el fin
justifique los medios, y esta “misteriosa” organización terrorista no
sea más que una creación del imperio para llevar a cabo sus crímenes y
genocidios por todo el planeta.
Los atentados de las Torres Gemelas, los de Madrid y Londres siguen
rezumando situaciones extrañas e inexplicables. La sanguinaria invasión
de Libia, la masacre sobre su pueblo, el derrocamiento de su
presidente, contó con el apoyo de estos terroristas, tal como ahora
sucede en Siria.
¿Dónde está la avergonzada verdad y dónde la siniestra mentira?
Cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia si nos
dejamos llevar por la falsimedia al servicio de los tiránicos regímenes
del capital.
El falso y manipulado discurso de la lucha por la libertad en Siria
y contra un régimen tiránico ya casi nadie se lo cree. Una vergonzosa
estrategia donde los Estados Unidos y la Unión Europea ya se han gastado
más de 3 mil millones de dólares en todo tipo de armas, generando un
conflicto en el cual y hasta el día de la fecha 75.000 personas han
muerto, y más de un millón han sido desplazadas desde los principios de
2012.
La CIA con el respaldo del absurdo, desprestigiado y triste
gobierno español, junto a otros de la Europa del recorte, la corrupción,
el hambre y la miseria, han estado en lo que va de 2013 enviando en
nombre de la “democracia”, cargamentos de armas a Siria a través de
apoderados regionales, cayendo la mayoría en manos de militantes sunitas
extranjeros del grupo de Jabhat Al-Nusra, una organización catalogada
como terrorista por los EE.UU. y miembro de Al-Qaeda, que se ha
convertido en una de las más activas fuerzas de oposición al gobierno de
Al-Assad, que se ha atribuido desde el año 2012 más de 900 ataques, y
aproximadamente unas 70 acciones suicidas, en los centros de las
ciudades principales, donde miles de sirios inocentes han muerto.
Los intereses
geoestratégicos de los Estados Unidos están como siempre por encima de
las vidas humanas. La firma de un acuerdo sirio-iraní que traería
hidrocarburos iraníes al Mediterráneo, así como a Rusia, parece ser uno
de los motivos de esta invasión, unido a que si se lograra la
instauración de un régimen títere pro occidental en Siria, se impulsaría
el acceso sin trabas al desarrollo energético de la región, otorgado
como han hecho en Irak y Afganistán a corporaciones occidentales.
La misma Unión Europea ya está comprando masivamente petróleo de
los yacimientos petrolíferos robados y ocupados por los terroristas en
Siria, con la idea clara de imponer un control imperial sobre las
enormes reservas de energía desde el Golfo Pérsico hasta la Cuenca del
Mar Caspio.
La defensa a ultranza de la democracia y la libertad del imperio y
sus sicarios persigue la total dominación de los recursos del planeta.
Para ello no les importa arrasar por las vidas de millones de seres
humanos, condenar al sufrimiento y la muerte a los pueblos de los
países invadidos por la mafia del crimen y el terror.
El padre franciscano François Murad poco antes de ser degollado